La niebla y el velero bergantín.

(El año viejo se disipa como niebla)

Vestida de fino encaje
la niebla, con su resaca
de vinillo dulce y sueño,
se acomoda entre los valles
a la espera de año nuevo.

Un velero bergantin
surca las aguas contento
y la luna se desvela
porque miró a barlovento
en la noche marinera.

El viento la ha golpeado
en medio de la ladera
y de rizos se ha llenado
la parte más exterior
de su larga cabellera.

No ha de tardar en dormirse
sus ojos, medio cerrados
al llegar la Nochebuena,
del todo se han achinado;
no creo que aguante despierta.

Pero, en fin, a lo que vamos:
¿tenéis ya listas las uvas?
12 justas he comprado
y las tengo en una copa
de alpaca muy plateado.

Ah, y el cava, el champagne
no debemos olvidarlo,
pues por no tenerlo a mano
después de las campanadas
muchos se han atragantado.

 

Yo quisiera comerme doce uvas,
sin atragantarme.
Para ello, abriré mi boca y mi garganta,
como una anaconda.


¿ Cómo que de una en una ?


¡ Ah, ése es el truco !
No podían faltar a la cita, ni Sandra Dee,
ni Danny Zuko.
A Greased Lightning !