La Niña Caracol (a Carol Hanson)

Los caracoles duermen
posados sobre
sus pequeñas antenas
radiactivas,
sueñan con nubes grises
pero nunca
miran al cielo,
dibujan sobre
las hojas
enmohecidas
de sus párpados,
y defecan
su sangre brillantina
dejando huellas
en el pavimento
cibernético
de las noches.
Los caracoles
son intolerantes
y se ocultan,
desde sus ventanas
no ven nada,
están ciegos,
el mundo les ha quemado
la perspectiva,
son primitivos
con corazones
cíclopes.
La niña caracol
está pegada
a la muralla
de su entierro,
tiene el mausoleo
baboseado,
y de cuando en cuando
deja que la luna
titile por la brillantina
de su rastro
hacia la madrugada.

 

Hermoso poema, muy bello, muy bonito, muy lindo.