La noche es un tormento.

El amor es un terco que perdura,
se arrellana y se queda, el inconsciente,
abre su espacio y busca más holgura
en el alma dolida que lo siente.

El amor te motiva la locura;
se te enreda en el vientre cual serpiente.
Cuando al fin se retira, no te cura,
deja un vacío enorme, tan doliente.

Es mejor que esté ahí luciendo flamas,
quemándote la piel cual mil ortigas,
que sientas que te surcan las hormigas.

Es la vida que emite, cuando llamas,
resplandores de luz al firmamento;
si te callas, la noche es un tormento.​

 

Luciana mientras me comentabas, estaba leyendo este soneto.
Prefiero el amor terco, que me piquen las ortigas las hormigas
y no quedarme callada amiga.
El amor no tiene ni cabeza ni pies.
Deja que el amor fluya en tí, solo en tí.
A veces las noches se vuelven un tormento, lo sé bien, entonces me invento y re invento al amor.
Le escribo al amor porque el amor es vida, y es lo que tienen tus versos.
Yo soy solo una romántica empedernida.
TE mando un gran abrazo, leere el otro, no me gusta ver tus poemas en cero.-

 

Me gusta la descripción que nos haces del amor, según lo sintamos cerca o no. Es mejor sentirlo cual hormigas surcándonos la piel, que cuando se retira. Es un placer leerte, estimada amiga. Saludos

 

Querida catia-love, que bonitos comentarios sabes hacer, yo soy tan parca en mis decires. Gracias por tu amable comentario, gran amiga. Un beso.

 

gonzaleja, gracias por leer y hacer tan agradable comentario. Un abrazo.