La obsesión del Aplinista (Naufragio)

Hace ya muchos meses que estoy aquí,
Ver amaneceres desde aquí es conmovedor
Aquí es muy blando y acogedor, pero,
Cada vez que te hablo me responde el eco
Y cada vez que me esfuerzo por llamar tu atención
No eres capaz de notar mi presencia en ti.

A pesar de tu férrea indiferencia
Verte tan cerca es mas dulce que la heroína
Sagrados los momentos en los que mis ojos se embriagaron
De tu silueta
De tu piel color América
De tu arábigo sabor
De tus ojos de nocturno felino
Con los que entorpeces al genio e inspiras al borracho
Ah! Mujer envenenada, eres el mejor licor de un burgués
y el mejor beso que mis labios podrían pintar

Hoy he decidido tocar tu corazón
y estoy mas que preparado,
Acabo de botar el último saco de amistad que tenía
junto con el penúltimo licor de tino.
Al salir de tu ombligo, una brisa,
nativa de tu fértil bosque de lavandas,
me regala la esperanza necesaria para el viaje.

Trepar hacia tu pecho es más difícil de lo que creí
Las noches no tienen fin en tu desierto abdominal
Pero aquellas estrellas que brillan en tu cara
Me inhiben hasta el punto de olvidar quién soy
Debo ser el beduino más afortunado en esta morena llanura
Aunque no tenga camello ni provisiones
Mi animo permite que escale mas rápido
Que cualquier hipócrita su puesto de trabajo

Aún sigo el camino por tu dunas, y la verdad
Mi nuevo compañero se llama desaliento
Mi labios erosionaron y mi cerebro se esta quemando
Cuando de repente en el horizonte diviso la silueta de la solitaria flor
¡Si! ¡Bendito sea Allah, Yahvé y sus derivados!
Oh! aquella preciada flor afgana a la que haz dado vida mujer divina
No es más que el maná que se desprende de tu cuerpo
Y apenas abrazo aquella Amapola me lleva a volar

Que agradable es sobrevolarte y sentir tu aliento en mi cara
Es muy extraño, desde esta altura el mundo se ve armónico y perfecto
Ahora vuelo sobre el valle donde se encuentra mi tesoro
Cuidado por las montañas mas bellas de la creación
Tu Amapola se ha cansado y me ha dejado aquí
Cerca de tu cuello, balanceándome en una de tus espirales de oro
Es tan somnoliento el olor de tu cabello
Que podría permanecer la eternidad suspendido en él
También de aquí puedo ver tus ojos
Dos monedas de oro con un Cupido sonriente grabado en su interior

Comienzo a descender por la espiral hasta llegar al valle
Cara a cara me encuentro con mi tesoro
Y ahora la razón da rienda suelta a la pasión
Saco mi estaca y mi martillo para poder comenzar
Doy el primer martillazo, y no hay resultado alguno
Eres mas que una simple piedra
Desconcertado vuelvo a golpear con mas fuerza
Y por simple estupidez mi martillo cae al vacío

El pánico me corona rápidamente y golpeo siete veces
Tu pecho con la estaca, hasta que por fin
Puedo ver la primera gota de tu colorada esencia
Suelto la estaca e introduzco mis manos en busca de tu herida
Pero no hay nada, la gélida ventisca de tu aliento
Ha escarchado tu pecho para mí, mi invierno comenzó

Totalmente destruido y desgastado
Comienzo a llorar gotas de mi esencia colorada
Y tal como en el ombligo, el eco es el único ser
Que responde a mis lamentos y alaridos

Observo una vez más tu cara para llorarte más a gusto
Y aquel cupido sonriente tiene ahora
Una colérica y furiosa expresión en sus ojos
Desecha su flecha de corazón por una de fuego
La cual es lanzada contra la espiral que me mantiene en el aire

Comienzo a caer, todo es tenue y me siguen los cuervos
He llorado hasta mis ideas y aun sigo cayendo
No veo el final
Y estoy completamente espantado del desconcertado destino
Y cuando por fin espero el final al ver el piso

Reboto en una barca con los sacos que bote antes de partir
Contemplo el océano y tempestad que crearon mis lagrimas
Me aferro al mástil, y espero la calma
Mientras vuelvo a beber el licor de tino

Las noches han sido espantosas y cuando creo que es el fin
La tormenta amaina y llego a orillas de una isla
La luz del sol, que todo hace florecer
Llega hasta mi saco de amistad
Que misericordiosamente, sin vacilar, me vuelve a cuidar

Decido subir por el arco iris que se ha formado
Y mientras subo, noto que aquella mujer
No era mas que una diminuta isla, y yo
Un ciego naufrago que llegando a la cumbre de este arco iris
Se ha dado cuenta del infinito archipiélago de islas existente
Para nosotros, los náufragos.

 

Obesisvas imágenes que detallas en buen aspecto, por ahí aminorar el uso innecesario de algunas mayúsculas.

Saludos y abrazos

Andrés Amendizábal​