La otra Freyja.

Hoy quiero dar por sentado que yo fui la primera,
al menos de ti y de mi;
mientras que fuiste la otra Freyja,
yo hice que su corazón volviera a latir.

Te correspondieron a ti los besos
y a mi los alcoholizados versos;
tú te llevaste las plegarias
y yo las noches cuando él solo desvariaba.

De nada sirve ser la mitológica diosa,
la musa que no es amada,
cuando llega alguien como tú a suplir la fantasía
y a darle todo lo que en persona necesitaba.

 

Encantado de leerte tus preciosos versos. Felicidades.

Saludos,

 

Bellas lineas nos compartes.
Grato leerte. Saludo cordiales.