La partida

Ella apareció con sigilo se adentró en mi morada sin llamar a la
puerta, allí permaneció por unos instantes con un semblante algo
blanquecino. Noté sus pasos lentos y cadenciosos, por esa razón
supe que era ella quien venía a mi encuentro. No habían grandes
cosas importantes que decir, y momentos después decidió partir.
Lo haremos en armonía y juntos como buenos amigos que somos,
es mejor proceder de ese modo para evitar comentarios de quienes
se quedan. Hemos de ser fuertes y afrontar algunas situaciones
con entereza pues forman parte de cuanto sucede en la vida.