La piedra punzante

Nunca le ha dolido a la piedra
tener otras identidades que las que surgen de su propia naturaleza.
Ser cruz y así prestar un nombre
fue una de sus satisfacciones
pero para eso tuvo que esperar a veces ochenta años.
¿Y mientras tanto, qué?
Estaba al fondo de un río, como una de las tantas.
Llegaban las merluzas temblorosas a rosar su espalda
y los niños miraban su color verde entre sombras negras,
decían que ese pez tenía sueño porque no se movía...
Poco a poco quedó sola entre la arena,
a todas, excepto a ella, se las llevó la corriente.
La piedra punzante quiso salir del agua
para no ser capricho de la inmovilidad,
para no herir más los pies de la gente
y nunca supo que era la punta de una montaña
oculta, extendida hacia el interior,
que era como el amor que todos llevamos dentro
cuando solo dejamos a la vista lo que hace doler.

 

Wao todo tu poema es inmeso, tan bellas imágenes de la piedra para ilustrar ese dolor del amor, siempre grande poeta, te felicito por toda la inspiración talentosa que regalas, un abrazo grande.

 

Prisionero inocente
Te aplaudo, realmente el mensaje que nos dejas es grandioso...
A veces el amor solo deja visible ese cúspide de dolor, esa que hiere,
que nos lastima...
Te felicito por esta historia versada y por el mensaje.
Estrellas y un abrazo.
Felices días amigo.
Ana

 

El amor está latente en nosotros. Pulir las aristas del miedo, de la inseguridad, nos lleva a ser cantos rodados, a Vivir y también a dar y recibir felicidad. Mejor no esperar 80 años, como la piedra. Sentido hermoso poema, Marius. Mis aplausos y estrellas a tu talento. Abrazos.

 

A veces solo mostramos la punta de la espina de la rosa, quizás por miedo a que sea dañada, para alejar a los enemigos que la quieren dañar. Bellos anhelos de esa piedra punzante. Geniales imágenes como nos acostumbras amigo Marius, eres muy creativo !!!!! Un abrazo grande.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX a tu genial pluma.

 

y nunca supo que era la punta de una montaña
oculta, extendida hacia el interior,
que era como el amor que todos llevamos dentro
cuando solo dejamos a la vista lo que hace doler.

De lujo, Marius, resumiendo en la deducción de un dolor que solo se atisba.
Precioso poema. Un abrazo.