1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

la protesta

Tema en 'Poesía Cómica, sarcástica (sainetes y otros)' comenzado por miara, 25 de Febrero de 2015. Respuestas: 0 | Visitas: 544

  1. miara

    miara Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    24 de Febrero de 2015
    Mensajes:
    313
    Me gusta recibidos:
    338
    Género:
    Mujer
    Somos la Sociedad de hechiceros,
    Brujas, brujos, ogros
    Y asimilados,
    Venimos a protestar
    Por nuestra injusta discriminación
    Como lo hacen los indignados.

    ¿Por qué el papel de malos
    Nos toca siempre bailar
    En cuentos, historias
    Y relatos de asustar?.

    Nos lo adjudicáis sin más;
    Todo porque no somos
    Guapos,altos,espigados,
    La moda no dictamos
    Ni salimos a desfilar.

    Sólo porque nuestro rostro
    No es de vuestro agrado;
    Porque seamos viejas,
    Viejos desdentados
    A los que se nota la edad
    Y defectos congénitos sufrimos
    Que no podemos solventar
    Poque no tenemos mutualidad
    Que la Seguridad Social
    Nos pueda proporcionar.

    Veamos un par de casos:
    Empecemos por el que se refiere
    A la casita de chocolate,
    Que para empezar,
    De troncos de abedul era,
    Y la tía Toribia,
    La supuesta bruja,
    Era una pobre pensionista
    Que ni para un paquete
    De azúcar tenía.

    Dos mozalbetes alemanes
    Que veraneaban en el pueblo,
    Les dio por molestar
    A las cabras que pacían,
    Ajenas a sus golferías.

    La Toribia les riñó;
    Hansel, Gretel,
    Los dos muchachos malcriados,
    A la vieja insultaron
    Y esta un tirón de orejas les dio.
    Y no fue más.

    Lo que pasa es que los críos
    Un pariente escritor tenían,
    Que adornó la historia
    De forma un tanto fantástica
    De ahí la mala fama
    Que a la infeliz anciana le dio.

    Lo otro que ocurrió
    Se refiere a una tal Blancanieves,
    Que en realidad
    Azucena se llamaba
    Y era una haragana.

    Su padre se casó
    Con una mujer ya mayor,
    Pues las tareas de la casa
    Una agonía suponían
    Para éste y su hija casquivana.

    Desde el principio
    Se cayeron mal
    Porque Gertrudis,
    La madrastra,
    Era limpia y ordenada,
    Aunque tenía la vista
    Algo extraviada,
    Una verruga en la barbilla
    Y chepa en la espalda.

    Azucena,era una fresca
    Y en brazos de uno a otro pasaba
    Siempre buscando hallar
    Un mirlo blanco
    Que le diera lo que buscaba.

    Los siete enanitos
    No eran sino siete mozos del pueblo
    Con los que se entretuvo
    Hasta encontrar al hijo del alcalde,
    Cejijunto y algo torpe,
    Pero dispuesto a tragar
    Con el pasado voluble
    De la hijastra de Gertrudis.

    Ésta le recriminó su actitud
    Pues sabía que si casaba
    Con el lerdo joven,
    Sus aventuras no cesarían
    Y el nombre de su padre
    Por el suelo dejaría.

    Azucena le gritó;
    Se tiraron de los pelos;
    Cuando vino el Aguacil,
    La futura novia adujo
    Que Gertrudis la quería envenenar
    Puesto que le endosó
    Una tarta de manzana
    Para la fiesta de compromiso
    Que ya estaba hace meses caducada.

    Estos son los hechos.
    En fin, no continuamos
    Porque nos daría la madrugada
    Y a nuestra edad,
    Nuestras piernas no nos sostienen,
    La vejiga se resiente
    Y el sueño nos adormece.
    Pero, pensad, que si queréis
    En los cuentos a los malos identificar,
    No nos carguéis a nosotros el mochuelo,
    Poque hay otros más idóneos
    Y alguna idea os damos:
    Banqueros de trinque fácil;
    Senadores sin escrúpulos;
    Políticos sobornados
    Y empresarios bocazas
    Que debieran hacer oposiciones
    A mudos.
     
    #1

Comparte esta página