La prueba de Lisa

Le di un ósculo de los buenos- Sus cachetes lucían un tanto alargados, terminaban casi en punta; los vellos andaban de huelga, sin duda fue una ejecución perfecta en el lugar perfecto.

Y sí, había besado a aquella sonrisa que siempre anhelé observar detenidamente, el tan ansiado momento de éxtasis fue logrado entonces, perpetré mi más dulce tentación: El Beso.

Llevaba al menos dos años viendo a Lisa escapar de clase con sus rizos rimbombantes cayendo por su contorneada espalda sin antes pasar por aquella nube firme ovalada que tantos anhelaban tocar y que no vacilaban en observar detenidamente al paso coqueto de la joven. Se movía de lado a lado, eran dos planetas divididos por una línea curva cuasi perfecta que se hacía notar a través de los pantalones y (en ciertas ocasiones) la pantaloneta que usaba para derretir a todo aquel que la siguiera.

Los dos estudiábamos antropología, por lo general, dedicaba mis clases a mirarla fijamente sin la necesidad de escuchar o sentir una mirada recíproca; a mí me bastaba con sólo mirar para satisfacer mi instinto animal un tanto humano.

Ella tenía enamorado, o bueno, al menos eso nos decía. Era un pequeño enano con nariz puntiaguda, para definirlo claramente se podría decir que era la fusión de un Hobbit y un Oompa-Loompa con un aire un tanto hippie; es decir, a grosso modo, una bola de pelos.
Llegaba siempre en su Audi R8 llamando la atención por doquier e insultando a todo peatón que se le cruzase con un bocinazo que tenía un timbre bastante peculiar: La Lambada. Lo cierto es que de cholo no tenía nada, por supuesto que no, el manejaba un Audi R8 y tenía a la flaca más rica de la universidad.

Cada vez que esta bola de pelos llegaba, portaba un singular objeto o accesorio nuevo del cual alardeaba. Por ejemplo, la última vez se acercó al salón con complejo de avispa, portando unos lentes que, en definitiva, estaban completamente desproporcionados a aquello que por motivos de respeto tenía que llamar rostro. En otra ocasión se le ocurrió vestir una gorra al estilo de Mc Francia y si siguiera esto sería de nunca acabar…

Dos años se habían mantenido juntos, era tan odioso como imaginarse a Larissa Riquelme con Maradona de pareja: Imposible. Pero, hasta cierto momento si lo fue, claro que las diferencias “sociales” se encargaron de debilitar la relación que mantenían y bueno, eso dijo él al menos…

Ahora, sin duda era mi oportunidad de darle un “empujonsito” a la Larissa Riquelme de mi salón. Las cosas habían cambiado sutilmente, ella ahora respondía, (quizá no de la manera que yo esperaba) pero una sonrisa entre labios siempre fue un atisbo de esperanza para mi corazoncito que de manera muy pero muy estrecha estaba ligada al cierre de mis pantalones.

Recuerdo con mucha curiosidad aquella frase que le pronunció a una de sus amigas en la cafetería ( yo siempre tan pendiente de sus conversaciones) :

-Mary, si hay algo que siempre debes recordar es que el hombre siempre llevará los pantalones en la relación, pero nosotras manejamos el cierre- Le dijo entre risas acompañado de un guiño sutil.

Aquella frase prácticamente causó que yo firmase un contrato de decadencia ligado al libido que me provocaba su esencia.

Yo estaba decidido a hacerle el amor.

Aquel hijo de su madre ni ningún otro iba a impedírmelo. Era el momento escenarioperfecto,los astros se habían alineado para que todo esto suceda. Ella sin ningún imbécil a su lado, yo por otro lado babeando por ella y aún mejor: su mejor amiga se convirtió en mi mejor aliada.

No tardó mucho tiempo en acceder a salir conmigo, las primeras salidas eran un tanto incómodas por la misma falta de confianza que nos teníamos el uno al otro. La química fluía, eso nadie lo negaba, pero aún quedaban esos vacíos abstractos los cuales debía llenar con alguna clase de frase ingeniosa.

Es así como comencé a “trabajarla”. Los piropos volaban y se estrellaban contra el parabrisas de su corazón cada vez que se aproximaba aquel tiempo muerto, abstracto. Eso la llenaba de gozo, la hacía sentir feliz, (como a toda mujer, supongo). Ya las cosas habían tomado viada, los piropos eran ahora un poco más subidos de tono. Frases como:” Hoy te olvidaste de la falda” ya no terminaban en un sonrojo absurdo clásico de un primarioso; por el contrario frases pícaras eran devueltas, en este caso: “Está de vacaciones”. Todo andaba aparentemente bien.

Injustamente, por algún motivo extrínseco a lo que a mí respecta, había un solo problema: yo era casto.

Nunca había mantenido ninguna clase de relación sexual ni amorosa con ninguna mujer, me consideraba virgen en el arte de la seducción, un pavo como dirían los de la promo; sin embargo, esto no iba a detener nada de lo que ya se venía en camino.

Corrí rápidamente a la librería, busqué cantidad de libros del Kama Sutra pero ninguno de ellos era para principiantes, todos contenían poses muy extrañas que con dificultad podría efectuar, hasta que mis ojos se pasmaron en un libro americano de la editorial ACME, se titulaba: Kama Sutra For Dummies. Estaba en inglés pero qué chucha,( y sí, que tal chucha era aquella que se veía en la cara principal) Corrí a la caja y lo pagué, acto seguido a casa a estudiar.

Leí un par de páginas acerca del sexo en general, sexo oral, sexo anal todo parecía fantabuloso, (incluso una erección se hizo notar entre mis pantalones). La descripción de los momentos era perfecta… uff imaginé mientras hacía mi mapa mental…uff….

Hasta este entonces, Lisa y yo no nos habíamos besado oficialmente. Hubo besos en las mejillas, como los de mi abuela, pero nunca un beso francés o algo parecido; creo que ya era hora…

Llamé a Lisa, le dije ven a mi casa, todos están de viaje. Me propuso olvidarse de la falda y yo acepté. Llegó y lo primero que hice fue ir a besarla. Nos acercamos al sillón con fuerza me cogió de la nuca, y nos dejamos llevar...

Le di un ósculo de los buenos- Sus cachetes lucían un tanto alargados, terminaban casi en punta; los vellos andaban de huelga, sin duda fue una ejecución perfecta en el lugar perfecto, o al menos eso creí.


Aquella sonrisa vertical no mentía, y no dejaba de sonreír.



Y sí, había besado a aquella sonrisa que siempre anhelé observar detenidamente, el tan ansiado momento de éxtasis fue logrado entonces… Adentré mi lengua por entre sus carnosos labios pero no hubo respuesta alguna de satisfacción. Algo andaba mal, el libro mintió o yo era un desastre con la lengua. Uno de dos pero ella se fue; nunca logré probar sus labios, tan solo me dejó el aliento con olor a Chimbote1…


1: Chimbote: Provincia de Perú en la cual abundan las fábricas de harina de pescado.

 

AYY me hiciste recordar momentos que quedaron en el olvido,niño.Buena prosa
Te invito a PARTICIPAR EN EL CONCURSO DE MUNDOPROSA, remitiéndome por mensaje privado una prosa nueva e inédita..TE DEJO LAS BASES.GRACIAS
http://www.mundopoesia.com/foros/mun...ml#post2936906

 

Gracias Rosa un beso enorme. Entraré sí o sí al concurso