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La Reunión de las Deidades

Tema en 'Poemas Generales' comenzado por fidel.vivero, 24 de Abril de 2012. Respuestas: 3 | Visitas: 442

  1. fidel.vivero

    fidel.vivero Poeta recién llegado

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    La Reunión de las Deidades.

    Cierta tarde se reunieron las deidades,
    En un plano visceral y antagónico,
    Donde la materia tiene plasma espirituales,
    Donde el espíritu se toca y se percibe lo simbólico;

    Ahí donde nace la antimateria que da vida a lo palpable,
    En el pleno seno y cuna de lo infinito,
    Se trataban con un gesto muy amable
    Las deidades encontradas en el sitio.

    El Amor tomaba de la mano al Odio,
    Y viéndose afectuosamente a la cara…
    Se dieron cuenta, que uno no existe sin el otro,
    Y que tan sólo un solo paso los separa.

    La Envidia se encontraba desvestida,
    Provocando el murmullo entre el tumulto,
    La mujer hermosa se movía de silla en silla
    Jactándose de que todos habían sido suyos.

    Dos grandes entes sobresalían entre todos,
    La Prudencia y la efímera Sabiduría,
    Gigantes a la vista y a la vez tan solos,
    Destinados al salón de quién los conocía.

    Un festín de sentimientos bipolares,
    Odio, Amor, Ira y Dolor en una sola mesa,
    Se realzaban esos gestos fraternales,
    El respeto más allá de sus dolencias.

    El Dios supremo y Padre de todos,
    Irrumpió de pronto entre la fiesta;
    Las deidades lo miraron de reojo,
    Ya que muchos no deseaban su presencia.

    Ya entrado en copas, el Odio replicó con su vehemencia
    -¿Cómo había traicionado al espíritu?, para darle paso a la materia.

    -¿Por qué los había segregado a vivir en lo palpable?,
    -Que ni sabe y ni entiende la misión de las deidades.

    -¿Porqué si en un festín podían todos degustar,
    En la ánfora de lo vil sólo podía uno estar?



    Si hay Amor, no cabe el Odio,
    Si está la Ira no tiene entrada la Alegría
    Se escuchaba el murmullo entre el jolgorio
    Y los gritos de deidades ofendidas.

    Se escuchó un estruendo del gigante,
    Que invitaba a la Serenidad,
    La Prudencia con su voz tan impactante,
    Le daba su lugar para explayar,

    Mujer hermosa de tez morena,
    Coronada por el azahar,
    Se apoyaba en la Paciencia,
    Para los ánimos calmar.

    El Padre Dios, observaba cada uno de los momentos,
    Desde los reclamos, hasta el silencio de los entes,
    Y ya sentado entre aquellos sentimientos,
    Disfrutaba de la armonía subsecuente.

    Notó que la Envidia, dio su turno al Odio,
    Y una vez que hubo sacado ese recelo,
    La Prudencia se adueñaba de ese podio,
    Y la Serenidad controlaba al sentimiento.

    Entonces, el Dios supremo pidió permiso para hablar,
    No se sientan ofendidos, en un momento les voy a explicar:

    Si decidí que habitaran en lo palpable,
    Es que sin ustedes la materia no tiene sentido,
    Yo quiero que se mueva en todas partes,
    Quiero que haya sentido en lo inhibido.

    ¿Por qué no habitar todos juntos?
    Porque la materia no es omnisciente,
    Sin embargo, para que cada uno tenga frutos,
    Se debe comprender lo diferente:

    ¿Cómo añorar la felicidad, sin nunca se ha llorado?
    Incluso, ¿cómo he de odiar, si nunca habría amado?

    Todos ustedes están presentes en ellos,
    Cada uno en su espacio, cada quien en su momento

    La materia tendrá tiempo de amar y tiempo de odiar,
    Tiempo de reír y tiempo de llorar.


    Y ustedes en el mundo espiritual,
    Podrán seguir viviendo como hermanos,
    Tal y como en ésta reunión fraternal
    A la que no me habían invitado.

    Sólo recuerden que en el principio
    Todos eran uno sólo,
    Y que al ordenar las cosas
    Se dividieron ambos polos

    Uno el plano espiritual
    Y el otro la materia,
    Y tuve a bien crear vasijas,
    del barro de la tierra.

    Ánforas sin dicha,
    Que al soplarle de mi aliento,
    Despertaron a la vida.

    Por lo tanto, la materia vive por mí,
    Al igual que lo hacen Ustedes,
    La materia buscando ser feliz,
    Ustedes siendo influyentes.

    Poca materia busca la Sabiduría;
    Y acaso Ustedes en esta fiesta,
    ¿Han visto que haya emitido un solo grito?
    Sin embargo ha esperado tan excelsa,
    Y dará su majestad al que pida de su auxilio.

    Quizás después de un ataque de Celos,
    Tal vez después de la tristeza,
    Sin embargo cada quien en su momento
    Llegará a influenciar en su conciencia.

    El Padre Dios agradeció y terminó con su discurso,
    A lo lejos una voz se alzó, preguntando su futuro
    Era el Destino, que preguntaba al Padre,
    ¿Qué plan tenía, para pasar aquella tarde?

    El Padre contestó, que habría de ir con la materia
    Ya que ellos en su mundo también tenían un problema,
    La Duda arremetió, ¿cómo vas a hablar con ella?
    Si ya has intentado varias veces hablarles de mil maneras.




    El Padre contestó muy convencido:
    ¡Esta vez será diferente!
    Ésta tarde he decidido,
    Hablar yo mismo con la gente.

    Me haré de un cuerpo de materia
    Que sienta y que lo puedan escuchar
    Buscaré primero a la paciencia
    Para poder el yugo soportar.

    Después, espero encontrarlos a todos,
    En su espacio y en su plano,
    Algunos vivirán en mí,
    Otros tal vez en los tiranos,
    Pero a todos necesito
    Para cumplir con este encargo.

    Espero hablar de frente con la gente,
    Ser directo y siempre franco,
    Espero que me escuchen como Ustedes,
    Y entiendan el ¿por qué? de sus fracasos.

    Les presentaré a varios de Ustedes,
    Primero el Perdón, después la Misericordia,
    Les contaré que el amor se sienta con el odio,
    Por lo que hay que amar a quién nos odia.

    Al final, la arrogancia y la avaricia
    Llegarán a concluir este trabajo,
    Y entrarán en vasos de injusticias,
    Cumpliendo con su suerte lo pactado.

    Al final les dejaré todo mi amor,
    Dejando que destruyan este barro,
    Daré mi vida al opresor
    Firmando con mi sangre un nuevo pacto.

    Y una vez destruido el barro,
    Volveré al espíritu que soy,
    Pero esta vez podrán hablarnos,
    Y verán mi cuerpo resplandeciendo como el sol,

    En algunos entrará la Duda,
    En algunos otros la Esperanza,
    A algunos tildarán en la Locura,
    Y a otros tantos en la farsa.


    Después de que regrese a este plano,
    Y no me puedan ver sus ojos más,
    Dejaré en sus vidas un regalo,
    Que no habían tenido jamás.

    Algo que solo tienes que entenderla,
    Algo tan pequeño que he llamado fe,
    Que es la certeza de lo que se espera
    Y es la convicción de lo que no se ve.

    Una vez concluido su relato,
    El padre Dios se dirigió a sus aposentos
    Ya no hubo más preguntas, fue sensato,
    Pregonaron algunos sentimientos.

    Ahora sólo queda esperar aquella hora,
    En la que nuestro Padre se haga humano
    Y tal y como él nos dijo ahora
    Estaremos listos para hacer nuestro trabajo.
     
    #1
  2. Jorge Lemoine y Bosshardt

    Jorge Lemoine y Bosshardt MAESTRO

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    Enorme poema, una divinidad enorme de versos majestuosos admirables, preciosa lección de poesía.
     
    #2
  3. fidel.vivero

    fidel.vivero Poeta recién llegado

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    Muchas gracias, un enorme saludo
     
    #3
  4. elpoetaartesano

    elpoetaartesano Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Enorme trabajo,muy conseguido,tiene mucho de filosófico.....un placer conocerte fidel....estrellas
     
    #4

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