La roca.

Deja … no hables más,
siempre mueres
en el bosque quemado.

Allí los pájaros, ausentes,
nunca aparecen.
¡ No!...no vuelven a sus nidos.

Ahora la blanca nube
posó sus alas sobre tierra,
tapiando el horizonte
midiendo su lejanía
copos de nieve.

Y en ese paisaje
aterrador de silencios
se alzan esqueletos
árboles fenecidos
bellos, tristes y despreciados
por tan gran amor evolutivo.

Pronto la calma
deshiela su silencio goteante,
...gota a gota,
verdeciendo su mimbre
un ligero correteo
entre pendientes
su verde Naturaleza.

Siempre se muere de ausencia,
… y olvido,
entre estrellas del mar
y estrellas del cielo.

Siempre...siempre mueres
en tierno abrazo
ya anclado entre rocas del fondo.

Siguiendo el curso del agua
rebotan olas en ti
sus árboles quemados.