La salida

LA SALIDA

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Él se encontraba en un lugar muy confortable, flotando en un líquido cálido. Escuchaba siempre un ritmo de dos notas separadas que le daban seguridad: una grave larga y otra aguda corta. No sabía cuánto tiempo tenía que estar allí, aunque no le importaba. ¡Se encontraba tan bien…!

De repente, sintió una fuerte sacudida y desapareció el líquido cálido. El ritmo de las dos notas aceleró. Volvió a sentir otra fuerte sacudida que le empujaba hacia fuera. Quiso gritar, pero no tenía aire en sus pulmones. Por fin, después de otra sacudida, mucho más fuerte, salió su cabeza y alguien tiró suavemente de su cuerpo hasta que se encontró fuera. Una luz cegadora le impidió abrir los ojos. Entonces, lloro y gritó con todas sus fuerzas para decir sin palabras que no quería salir de allí.

Tres minutos después, alguien le colocó sobre dos superficies suaves y redondas que le recordaron al lugar donde le habían expulsado. Dejó de llorar y se durmió plácidamente, escuchando otros sonidos familiares que también había oído resonar con frecuencia antes, mientras estaba dentro:

— ¡Duerme, mi niño! Ya estás otra vez conmigo.

 

Qué bonito nacimiento nos describes, Antonio. Un abrazo con la pluma del alma

 

Se encontraba muy bien en ese lugar tan confortable.

Gracias por leer y comentar este sencillo relato para recordar una experiencia que todos hemos olvidado.

Salud y ventura.

 

Creo que el nacimiento es el momento más importante de nuestra vida, pero todos lo olvidamos.

Un abrazo desde Madrid.

 

Muchas gracias

 

Gracias por leer y comentar este sencillo relato.

 

Así hemos salido casi todos al mundo exterior, aunque no lo recordemos.

Gracias por leer y comentar este sencillo relato. Salud y ventura.