La Soledad

La Soledad

No escuches su cándida voz,
¡ni siquiera la contestes!,
no dejes a la soledad
entrar,
desnuda en tu albergue;

No la mires de soslayo,
¡ni siquíera la pretendas!,
no dejes a la soledad
entrar,
con la puerta abierta;

No escuches su monótono discurso
ni oigas...su placentera canción,
no dejes a la soledad aplastarte el alma...
con tu corazón;

Ya no te siento,
ya no te comprendo,
soledad de mis ojos,
soledad...de mi tiempo.

Autor: Ángel San Isidro
Todos los Derechos Reservados​

 

Que manera de manera de versar, me encantaron .

Saludos

 

Un placer leerte Ángel y felicidades. Abrazos

 

un reclamo que se da desde lo más sentido de una alma herida, lastimada... moribunda; me han gustado estas líneas tuyas Ángel San Isidro, saludos.

 

Hay musica en tus versos, y un tema que da para mucho...la temida soledad.
Yo pertenezco a la especie sadomasoquista que le deja la puerta abierta de par en par. Al final, nos hemos hecho amigas.
Un placer. Saludos