la sombra alargada del crepúsculo

nunca voy a tener dinero;
seguiré sobreviviendo de cualquier manera algunos años más, luego
la vejez terminará de hundirme
quizás entonces alguien me lleve al asilo público de los vejestorios
allí dormiré en un puto colchón infestado de ácaros y piojos
apretujado en un dormitorio colectivo al lado de
otros cuarenta o cincuenta desechos humanos como yo:
aquello apestará a meados y cagada
comida descompuesta, decadencia y soledad;
algunos llorarán de noche con la melancolía de
los gatos envenenados cuando sienten que
la muerte está cerca
yo no lloraré nunca, yo escribiré poemas;
rabiosos y pornográficos poemas de mierda en los que
describiré la forma cómo pondría a gatas
a las tipas que nos sirven la comida y nos inyectan y
cada vez que llegan tomadas se burlan de nosotros gritando
"putos vejetes de mierda, ojalá se murieran todos"
y me complaceré en dar explícitos detalles acerca de
cómo les metería en sus anchos y blandengues culos desguazados
el cuello de una botella de cristal rota
(con lo cual ciertamente no obtendré
el menor beneficio si quitamos el supuesto efecto terapéutico
que a veces conlleva ventilar estos enrarecidos tópicos);
cuando no me encuentre en condiciones de escribir poemas
perturbado quizás por una inflamación prostática, un ataque
de diarrea aguda, depresión suicida, dolor en las vértebras,
rotura de un ligamento, resquebrajamiento de cadera, conato de
infarto, infección pulmonar, aparición de un enfisema etc
me quedaré quieto en mi colchón y me dedicaré
a rascarme los huevos todo el día

¿se te ocurre una mejor idea?

.

 

joder Villa es que deprimes, menos mal que una tiene buen día o me hundes
se me ocurre una idea,
no lo cuentes coño!

Por qué no cuentas tus fines de semana en Acapulco rodeado de culos respingones,
o esas vacaciones en el yate en alta mar
con los mismos culos respingones.

Bueno Villita, a mejorarse.

 

Cuentas la realidad que viven algunos seres humanos en centros de acumulación de seres humanos. Saludos.

 

Cotidianidad de los viejitos, abandonados a su suerte,
por sus egoístas hijos, sin corpúsculo de sentimientos.