La Sombra

Todo comenzó con un sueño,
de esos que te dejan pleno,
una fantasía de soltero,
nada más allá ni serio.

Retozando en la cama,
un pobre iluso soñaba,
la compañera perfecta,
alma dispuesta honesta.

Este suceso se repetiría,
como una triste melodía,
cuando dejas de discernir,
entre lo real e ilusión febril.

Al desplegarse una imagen,
comienzas a perder balance,
y llegas a verla en algún sitio,
el umbral despierto y dormido.

Una silueta exquisita femenina.
posaba desnuda tras la cortina,
solo por mera fracción de segundo,
después volvería el arrullo nocturno.

Algún tiempo después ocurrió,
una voz hipnótica de terciopelo,
diciendo algo dulce y traviesa,
deleita los sentidos embelesa.

Brindarme mil placeres sugirió,
imposible de ignorar tal ilusión,
a cambio solo de algo en prenda,
otra madrugada entera en vela.

Ella parecía ya tener vida propia,
compañía indiscreta a deshoras,
y se deslizaba al pie de la cama,
bálsamo condena alma solitaria.

Posando para mí toda la noche,
me hacía sucumbir por un rose,
bajo esa sombra de la amante,
mi vida nunca fue como antes.

Confieso me llegue sentir indefenso,
títere de un juego intenso perverso,
seducido hasta nivel casi primitivo,
esperaba llegara congelado ambiguo.

Miedo y placer que hacen estremecer,
le deseo con ansia detesto también,
si pudiera arrancarla quizás lo haría,
pero soy incapaz ante tal fantasía.

La obscuridad y su bella silueta,
desnuda tentadora se presenta,
sugiriéndome las caricias inciertas,
hasta que toda mi voluntad drena.

En el fondo sabia pagaría precio,
mi cordura integridad salir ileso,
el alma y los frágiles huesos,
del cielo al mismo infierno.

Dejare constar al final insomnio mío,
lo que más recuerdo de este delirio,
antes de caer al abismo abrumador,
obscuridad hace perder toda razón.

Esa sombra llega en la noche,
espera que duerma me arrope,
para entonces acecharme rondar,
espejismo fantasma amante ideal.

La sombra que algo nombra,
latido roba seduce asombra,
incorpórea quitando aliento,
pesada y flota como el viento.

Tal melodía que de ella brota,
asfixia mi cuerpo en cada nota,
murmura al oído cosas no entiendo,
azotando lecho intangible y deshecho.

Soy su prisionero debo no quiero,
a ojos abiertos soñarla despierto,
y si llego a despertar ahí estará,
destino será La Sombra Mi Final…