La tempestad

Aun en la soledad nocturna viendo el cielo como a la espera que la luna ilumine mi alma,
viendo como los pedazos de mi ser se despedazan por culpa de su aire ese viento que me lleva y hace recorrer estos días turbios, en los que admito fueron felices hasta que la fuerza que habitaba en mi pecho su misma corriente se la llevó al ritmo de la tonada de mis deseos y sueños que hoy son fragmentos detenidos en este tiempo muerto, que se convierte en huracán y arrasan mi fe de que mañana podré y tendré el valor levantarme sin sentir ese suspiro de vida que hoy traen la lluvia más gris a mi mente, que contaminan la luz de mi testigos esas estrellas que siento hoy tan lejanas como su mirada, que fue mi farol de metas cuando todo empezó, y que a estas horas de neblina extraño poder ver esa guia en este mar muerto de pensamientos, donde solo flotan los trozos de madera de lo que fue un dia mi barco de guerra que ya nunca volverá a tocar su puerto, ahí me encuentro en el medio de todo y de la nada al vals de las olas y el ventarrón de esta noche preguntándome si sigo adelante aferrado a que mañana todo se calmara e ir otro lugar o me hundo ya sin hacer mucho esfuerzo para no sentir el dolor de su ausencia.