La temporada de alergias inicia.

Tirado en la cama sobre un cobertor blanco
aceptando el frio en las manos que acecha
desde el ventanal mal cerrado que te niegas a sellar
por la esperanza de sentir algo
pero el frio no es una sensación agradable
aunque al borde del final te abrigue tú lo sabes,

no es agradable...


Desdeñando los cruciales artificios de supervivencia de la vida moderna
aparcas del deber a un rincón

¿No es acaso procrastinar una rutina de éxito?


…jajaja…


Los “sabios” consejos de tiktok y el psicoanálisis de un blog
te dan el ánimo necesario para continuar, aun cuando solo respiras smog.


Lo siento, no es un buen día
ni ha sido un buen mes
y eso que van 3 días recién.


Pero eso no importa, no te vine a hablar de placer, ni dolor
ni de la vieja rutina, ni del espesor de la vida.

Esta leyenda es sobre mas allá de las estrellas
donde una minúscula flor nace de membranas animales
cierra sus pétalos al eclipse de una gran estrella
y los reabre para alimentarse de lo que fuere que se acerque a ella

Luego engorda, se hincha, toma fuerza…

Ahora la sutil forma de vida es del tamaño de la estrella
y aunque pudiese alimentarse de ella…

No se acerca, no me mal interpretes;

Nunca titubea al alimentarse, es solo que esa estrella
particularmente ella.
le recuerda algo que no comprende ni siquiera este narrador.

Tal ves sea un blues, un yaraví
el olor de la navidad en el centro de una urbe cualquiera
lo que sea que fuere, no le permite alimentarse de la estrella
en un circunspecto acto de atrevimiento la acecha
pero es inútil.

Aquella estrella estuvo ahí cuando nació
estará ahí después de ella, la impotencia de verse mortal ante una simple luz en el cielo
la quiebra, ya no se alimenta solo observa
caen los pétalos poco a poco
es este lugar remoto del espacio, aunque no se lleva cuenta del tiempo
esta incesante dimensión que devora todo
se ha adueñado de nuestra inmóvil protagonista

Caen moribundos pétalos al suelo
las partículas de polen se esparcen por el espacio
inútiles intentos de mantener la vida
la flor sabe que todo termina con ella


Perece…


Y así una vez más, en algún lugar
una roca cumple sin novedades su ciclo de rotación
dejándome en el subconsciente esta pequeña interrogación

¿Cuánto tuvo que viajar el maldito polen?

Para terminar en mi nariz y cortarme la respiración
comienza la temporada de alergias.​