La tiranía del olvido-.

Lo que me asombra es la capacidad que tiene la gente para olvidar que están vivos, y crujen, y se dilatan, y espacian su maravillosa vida reproductora en reducidos paquetes de miseria y hambre; esa capacidad altiva se transmite de progenitor en progenitor, ignorándose, solo en la lascivia alcanza su prosperidad. Se olvida el músculo figurado, la realeza de las extremidades, a favor de un futuro consensuado en ignaros recipientes. Y me olvido yo también, asolado como estoy, por cánticos despedazados desde un principio.

©







Hay noches que no debieran existir. Como no existen los dientes cuando se nace. El alba debería entorpecer ese fluido magnético que acaba en la noche incelebrable. Hay noches, demasiadas en realidad, que palpitan y tienen sangre y heces entre las encías. No es protectora la noche cuanto más se olvida.



©





Hoy se olvida, mañana se celebra. La tiranía ya está dispuesta.



©