La tumba de los girasoles

Cuando la tierra me cubra,
no quiero rosas que se marchiten con rapidez ni coronas que se pudran en silencio,
quiero cinco girasoles amarillos,
erguidos como centinelas inmóviles sobre mi derrota,
para que aún en la muerte algo me acompañe con un destello obstinado.
Que sus tallos atraviesen la sombra como lanzas que desgarran el vientre de la oscuridad,
que sus pétalos encendidos se abran como llamaradas desafiando la podredumbre,
porque el amarillo es mi grito sofocado,
la última chispa que arde en un pozo sin fondo,
ese abismo donde tantas veces me hundí suplicando un aire que nunca llegó.
Uno será mi rabia, un volcán enmudecido que nunca dejó de arder bajo la piel,
otro será mi cansancio, un peso insoportable que me doblaba los huesos como ramas secas,
el tercero guardará todas las palabras que me tragué hasta que me hicieron sangrar por dentro,
el cuarto será mi miedo, la fiera invisible que me devoraba a solas en las madrugadas,
y el último será mi esperanza:
esa brasa diminuta que incluso la depresión con sus garras negras no pudo extinguir del todo.
Que los miren y comprendan que mi guerra no fue suave ni callada,
sino un combate sucio contra cuchillos invisibles,
donde cada pensamiento era un verdugo
y cada amanecer un paredón donde me fusilaba a mí mismo.
Que sepan que caminé con los pulmones llenos de ceniza,
que cada noche escupí trozos de alma en la almohada,
y que aun así, con los labios partidos y las manos llenas de heridas,
quise dejar en la tierra un ejército de soles,
para que no todo fuera silencio y derrota.
Cinco girasoles, cinco cicatrices ardiendo en amarillo,
como heridas abiertas que se niegan a cerrarse,
como antorchas clavadas en la garganta de la oscuridad,
desafiando a la sombra que me devoraba a mordidas.
Y aunque mi cuerpo se rompa y se pudra en la tierra,
y mis huesos se mezclen con el polvo,
ellos seguirán erguidos como testigos de mi incendio,
alzando sus rostros de fuego hacia un cielo que jamás me escuchó,
recordando que incluso en la muerte más amarga
puede levantarse un relámpago de furia,
una rebelión amarilla que arde contra la nada.

 

Hermoso y fuerte me encantaaaaa!!