La última canción

Crece como niebla

Y en las mañanas canta el ruiseñor,

Cerca en la pradera

Donde el calabozo resguarda un corazón.


Se pierde entre los árboles,

Donde sale el sol

Y danzan los colores

Cuando suena su canción.


Ya en la madrugada

Cuando se detiene su reloj,

Las libélulas se apagan,

Desaparece su pasión.


Las gotas que despiertan

Moribundo aquel gorrión,

Sólo le recuerdan

Que ya no hay canción.

 

Con delicada sensualidad, profundo lirismo, más la transparencia de sus imágenes;
Clau555, prácticamente nos ha regalado con modestia, un delicioso poema, con ese
toque simbólico que pareciera no existir... pero que, poco poco, según se avanza en la
lectura, rotundamente aparece.

Un gusto haber disfrutado este pequeño poema... jugoso en su contenido.

Te saluda el Gitano.​

 

Bello y melancólico poema amiga Clau, me ha gustado. Abrazote vuela. Paco.