La última carta

Fuiste y serás por siempre lo mejor que me ha pasado, tal vez ahora la vida no es lo que quisiéramos, lo que planeamos, lo que esperábamos vivir, sin embargo a pesar de todas las dificultades y de los malos momentos, te quedaste para siempre prendido a mi alma, eso no lo cambiará ni el tiempo ni la distancia.

Te llevas contigo todos mis sueños, mis razones para sonreír, a mí me queda entre las manos tu ausencia, impregnada de recuerdos, de los buenos momentos compartidos, de ese cálido amor que me brindaste cada día.

Nunca pienses que pueda guardarte rencor, al contrario tal vez la soberbia haya nublado mi entendimiento, impidiéndome ver claramente el camino a seguir, aunque lo nuestro ya no tenga solución, espero que algún día puedas recordarme sin dolor y sin rabia, que sí volvemos a encontrarnos sientas un poco de alegría al saludarme y siga cada uno su camino, guardando tiernamente el recuerdo de lo que ha sido un gran amor.

 

Una hermosa carta de arrepentimiento, que de seguro la persona podría agradecer. Muchas veces en el calor de la discusiones decimos muchas cosas que hieren a quién nos ama, a nuestra contraparte, y luego nos duele, porque quién la dijo pasado el momento de ofuscación sentirá soledad y a quien fueron dirigidas sentirá que le partieron el alma, porque el alma entregó en esa relación.
Yo creo que si el amor es verdadero sobrevive a cualquier cosa, menos a la infidelidad, pero claro hay que ponerse en el lugar de quién injustamente ha sido agredida. Quizás debería establecer una comunicación más personal y leerle estas palabras, porque no todo está perdido en el amor, aunque parezca lo contrario, magnífica y profunda prosa, saludos Alex