La última función

Danzando soledades


Comienza a danzar la noche
con su vestido habitual,
un manto de estrelladas soledades
y uno que otro recuerdo dormido.

No es nuevo el tímido perfume
que escapa de las cobijas
gastadas de años y soledades.

Ella y sus sentidos
comienzan el ritual acostumbrado,
intentando colmar vacíos
ya enquistados en su joven piel.

Las manos recorren,
tocan,
excitan.
Despiertan el monte húmedo
repleto de una sed carnal .
Se apisonan emociones
en completa rigidez muscular.

Un álgido gemido escapa
aislándola del ambiente.

La cama,
tabernáculo secreto de saciedades
el cuerpo
ofrenda eclipsada en lasciva danza.

Ella y sus fantasmas se unen en un himno gutural
y por un instante
parece posible el placer celestial.

Se ensombrece el paisaje
Y un sudor frío completa el ritual.
Las energías se disipan,
el abrazo no llega...

y el lado izquierdo de la cama
le recuerda
que no ha dejado de estar sola.

 

este poema esta inspirado en un verso que me encanto de un poema de leandro, el cual incluí en el final "el lado izquierdo de la cama"...

Romy