La última odisea (segunda parte)

Me arroje al mar una fría madrugada
en el instante mismo que vi mi casa aparecer en lo alto;
ya no era parte de esa tripulación fantasma…
mientras nadaba hacia la orilla no podía dejar de reírme:
cuando se den cuenta que no estoy…
tendrán que buscar otro cocinero,
no recuerdo si cerré la llave del gas
y lo que me causa más gracia:
es que eche la sal en el azucarero.
Después de ese ataque de risa ya no recuerdo nada,
recupere el conocimiento entre las rocas;
reconozco el lugar y a la señora que trata
de darme mate con ron para que entre en calor…
me canse de nadar y la marea me llevo hasta el lugar “donde mean las viejas”,
la mujer que me cuidaba cuando era niño
al enterarse de lo que me había pasado, corrió en mi búsqueda
con un termo y una bolsa llena de yerba:
¡solo ustedes son capaces de semejante locura!, tirarse al mar
cuando este se encuentra varios grados bajo cero…
¡ahora que eres grande te vengo a retar!
¿tía aun dan el show de correcaminos en la televisión?
me deja ver losdibujos animados mientras me prepara la comida:
como en los viejos tiempos, en los que no salía al patio
para que no me mordiera el perro, por favor
no diga a nadie que me encuentro aquí, aun no voy a regresar;
quiero permanecer un momento en aquel lugar donde jugaba todos los días en la playa
y caminaba horas para llegar a la escuela,
donde mi padre estaba vivo y salía a pescar conmigo;
porque lamento tanto nunca haberle dicho que lo quería,
porque creo tener todo el derecho del mundo
para darle un abrazo y decirle que lo extraño,
que en todos estos años me ha hecho mucha falta
y para preguntarle si se siente orgulloso de mi…
a pesar que a mis 26 años he desperdiciado completamente mi vida…
“descansa mi niño estas a salvo, sabes bien, aquí nadie podrá lastimarte”.
Me quede hasta el 24 de mayo, de un año que no recuerdo,
solo sé que ese día fueron muchos quienes me saludaron para mi cumpleaños…
me despedí de mi lugar secreto sentado en la roca solitaria de la playa,
papel y lápiz en mano como en los viejos tiempos,
escribo los últimos versos:
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Lee el mensaje
En la botella,
Tengo pocas palabras:
Estoy mal herido
Detrás de las rocas
y de esta forma deseo hacerte saber :
que te quiero…

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Finalmente me recupere
de las heridas que me dejo la tormenta:
volví a usar mis manos con algunos dolores leves,
llevo una gran cicatriz en el pecho:
la cual me tiene sin cuidado
ya que en unos días la cubriré con otro tatuaje,
para luego volver en busca de mi nave;
confieso que en ocasiones me pregunto, si vendrás avisitarme
cuando me capture la PDI,
por robar flores a orilla del camino
cuando todos se encuentren almorzando.

Septiembre del 2013.-

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