La verdad abierta en canal

No soy un ángel guardián,
ni la doncella virginal de las leyendas de tu infancia.
De mis rizos jamás brotarán lirios
y mi piel nunca relucirá con la castidad de las perlas.
Mis labios saben a ajenjo y sexo,
no a miel
ni al canto de los gorriones.
Soy la bestia que late bajo la piel silenciosa
de mujeres y hombres;
soy caprichosa,
sucia,
perversa,
demencial.
Soy un puzzle de neón putrefacto.
Pero,
a pesar de toda la monstruosidad que parezco describir,
soy yo quien besa tus sienes para ahuyentar los fantasmas
y la que muerde tu insomnio
con los pétalos hechos trizas de su cuerpo.
Mi pecho es un santuario blasfemo,
y a la vez,
tu cuna.
No existe la perfección,
ni siquiera sabemos lo que es.
Pero existe esta imperfección perfecta
en la que yo,
diablo y querubín,
me acurruco sobre tus heridas
para apagarlas
y para que así puedas dormir.

 

Felicitaciones bella composición Nada P Cruz. Un placer pasar. Saludos y buen descanso.

 

Me encanta tu poema, sin hadas, sin princesas, sin adornos...un beso.

 

Gracias, esthergranados. Me alegro que te guste

 

Bello poema! lindas letras que evidencian mucho más allá de lo que es alguien, saludos! y feliz tarde.