La vida...El jamás de lo siempre.

¿Es la vida acaso un sueño
donde al morir despertamos
sobre un valle de mariposas,
tapete, espiga. luz y sombra,
dimensión de colores
en perfecta simetría?

O somos simplemente
el silencio de los siglos
imagen diluida
en la ficción del instante,
catequesis de ser o no ser
bajo el peso absoluto de la nada...(?)

¿Será que al saber que fuimos
y sentimos aún que somos
podremos imaginar
que seguiremos siendo
en los plúmbeos alares del tiempo,
asteriscos de carne y huesos
con un alma iluminada?

Pudimos haber sido
la semilla de la luz
atrás del tiempo y del infinito,
difuminando el verbo
en cristales desprendidos,
dispersando en sus brillos
universal escritura,
vocablo de la vía láctea,
cósmica formación del genoma,
evolución, órbita de la memoria,
abrazando la llama sideral del espíritu.

¿Y por qué no podría ser la vida
la flama de tu cuerpo desnudo
incendiando el orbe
de mis treinta y dos sentidos?
¿O el follaje lascivo
de tus muslos temblorosos
engarzados en la erección
de mis sueños húmedos?

Quizás la vida
sea el color del ensueño
que nos cobija,
asumiendo la esencia
de las cosas profundas,
¡Reflejo! ¡Impulso!
¡Sentimiento! ¡Deseo!
energía cuántica que percibe
o no percibe el cerebro humano.

¡Oh! la vida...
Luz y sombra hecha de enigmas,
tiempo que existe y no existe,
¡Realidad! ¡Ficción!
¡Sueño! ¡Abismo!
¡Hipótesis! ¡Dilema!
¡Esplendor! ¡Nada!

Fuimos, ¡Somos!
y seremos lo que ya fuimos...
Espíritus imantados
al corazón del infinito,
buscando la respuesta,
auscultando su esencia
quizás en las estrellas
o en los agujeros
del universo,
en las dimensiones
desconocidas
del jamás y lo siempre,
en la luz de la ternura,
¡En Dios!
¡En la fuente!

Tato Ospina
DRA
Colombia