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La voragine y mi imaginacion

Tema en 'Tu Obra Maestra (en verso)' comenzado por Hejaran, 6 de Junio de 2011. Respuestas: 2 | Visitas: 4616

  1. Hejaran

    Hejaran Poeta asiduo al portal

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    BASADO EN LA NOVELA LA
    VORÁGINE, DEL ESCRITOR
    JOSÉ EUSTASIO RIVERA.​


    LA VORÁGINE Y MI IMAGINACIÓN

    Para
    entenderme
    con la mujer que quiero,
    tuve en cuenta que nada supe
    de los deliquios embriagadores
    ni de la confidencia sentimental,
    porque fui siempre el dominador cuyos labios no
    conocieron la súplica, y siempre ambicioné el don
    divino del amor ideal.

    Para que mi alma
    destellara en mi cuerpo,
    como la llama sobre un leño,
    hacía mucho tiempo había renunciado
    ya a la esperanza de sentir un afecto puro,
    y no hice como algunos que se hincaron ante
    muchas mujeres, implorando un amor
    misericordioso.

    Lo mío no
    fue un amorío fácil,
    si se entregó fue por amor y lo
    hizo con muchas vacilaciones, porque
    en su mente temía que su desgracia se oponía a
    mi porvenir, por eso me propuso.

    -Toma mi suerte, pero dame el amor.

    Aquella noche
    tuve por confidente
    al insomnio, en mi desvelo
    veía parpadear las estrellas
    y el follaje de las palmeras que
    el viento hacia inclinar ante la noche
    clara, y un silencio infinito flotaba en el ámbito,
    azulando la transparencia del aire, mientras mi
    amada dormía con agitada respiración.

    Entonces tuve
    reflexiones agobiadoras,
    pensando siempre en la jovencita
    que quería inmolar mis pasiones, amparada en
    sus sueños de gloria, y sus ansias de triunfo.

    Mi mente
    me recordaba
    que el lazo que a esta
    niña me une, lo anuda el hastío,
    atribuyéndole lo que en ninguna hembra
    descubrí jamás.

    Saciado el antojo
    qué mérito tiene el cuerpo
    que a tan caro precio adquirí,
    aunque reciba el calor de su sangre,
    estaré tan lejos de ella, como la constelación
    taciturna que se inclina sobre el horizonte.

    En ese momento
    me sentí pusilánime,
    no era que mi energía
    desmayara sino que empezaba
    a invadirme un fastidio silencioso
    siempre que la observaba desnuda,
    pero después de las locuras de poseerla qué
    seguía.

    Sentía que este
    amor me estorbaba
    como un grillete, si al
    menos fuera menos agraciada
    y menos bisoña, nunca había visto
    mansedumbre semejante, lo raro fue
    que después de poseerla, se quiso apoderar
    de esa libertad de espíritu que yo no estaba en
    condiciones de perder.

    Desde
    la silenciosa
    alcoba veía cómo
    unas sombras intermitentes
    se movían, como si alguien
    las aguijara, y resolví conseguir un
    cocimiento de yerbas para bajarme
    la tensión.

    Sabía que el
    escándalo ardía,
    ávidos por las
    murmuraciones de
    nuestros malquerientes,
    parecíamos que huyéramos
    de un fantasma, cuyo poder
    se lo atribuíamos nosotros mismos.

    Ya entrada la noche me manifestó:

    -Estoy convencida de que te canso.

    No le respondí
    hasta el otro día,
    que multipliqué las dádivas y
    estreché el asedio.

    Entonces,
    en agradecimiento,
    se lanzó nuevamente
    a mis brazos y me dijo:

    -De ti no quiero nada,
    busca por el mundo
    un alma que no sea infame
    como la mía, que nada espero de ti.

    Mientras
    recostada a una
    enorme matera, yo la poseía,
    ella con una mano convulsa arrancaba puñados
    de yerba, enfrentándoseme
    recalcó:

    -Crees que no advertí
    ayer tus persecuciones a la
    greñuda que no te quitó el ojo,
    y que seguramente has seducido
    más de una vez; déjame que contigo
    no iré ni al cielo.

    Hubiera deseado
    mantenerla abrazada y
    agradecerle sus celos, en cambió
    le pedí:

    -No me hables
    más de esa joven,
    y menos en un instante
    como este.

    Una claridad
    rojiza se encendió
    de súbito, y al lado de donde nos
    amábamos, surgió el insomne reflejo.

    Entretanto
    continuábamos
    acariciándonos en silencio,
    en mi espíritu penetraba una
    sensación que fluía de las constelaciones
    cercanas, y otra vez volví a recordar que esta
    niña se había hundido irremediablemente en la
    mitad de mi ser.

    Podía comprometer
    mi edad, y hasta la razón
    de mis ilusiones; porque cuando
    reflexionara ya no habría quizá
    a quién ofrendarlas, o dioses desconocidos
    ocuparían el altar a que
    estaban destinadas.

    El amor que me
    servía de remordimiento,
    era el lenitivo de mi congoja,
    a pesar de que iba tan bien como
    la semilla que impulsa el viento buscando
    la tierra que la espera.

    Parecía que hubiera
    triunfado su timidez,
    y las consecuencias que
    imponen las cosas irreparables,
    aunque no te ame como quieres,
    decía, serás para mi el hombre que me
    enseñó y me hizo experta, no como otros que lo
    único que hicieron fue entregarme a la desgracia.

    Por eso no
    podré olvidar
    el papel que has
    desempeñado en mi vida,
    tú sabes que soy ridículamente
    hermosa, y el amparo que ahora te pido
    no es el de tu dinero, sino el de tu corazón.

    Entonces le pregunté:

    -¿Por qué me
    imploras lo que me
    apresuré a ofrecerte de
    manera espontánea?,
    si por ti dejé mis anteriores
    amores y me lancé a la aventura
    de tu amor, cualesquiera que fueren
    los resultados, y te pregunto si tendrás valor de
    sufrir y confiar.

    -La adversidad
    es una sola, y nosotros
    seremos dos, -me respondió-.

    Al oír su respuesta le dije en tono despectivo:

    -Pareces hermana
    de las nueve musas- y oí su risa
    sarcástica, que me pareció un alivio para su
    nerviosismo.

    Un instante
    después añadió:
    -Seguramente nuestro amor
    es tan imposible como desear
    que esta noche salga el sol- y emprendió
    la única carrera de la cual no me hubiera gustado
    presenciar su partida.



    DERECHOS RESERVADOS - HEJARAN
     
    #1
    Última modificación: 11 de Septiembre de 2011
  2. Esperanzapaz

    Esperanzapaz Exp..

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    Que letras, me impresionaste compañero, fue un agrado dejar mi huella y Estrellitas a tu pluma.
    Abrazitos fraternos
    Esperanzapaz
     
    #2
  3. Hejaran

    Hejaran Poeta asiduo al portal

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    Gracias Esperanza por leer mis escritos, por tus comentarios y estrellas recibe un beso.Hejaran
     
    #3

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