La voz

La voz

Tu voz, tu cadencia.
Firme, persistente,
anclada en mi cabeza.
En mi cerebro, en mi mente,
en los secretos de mi frente
que me susurras con tibieza.
Durante mis noches en vela
al final sólo quedas tú.
No hay nadie más que tú.
Ligado a mis pesadillas,
enraizado en mi subconsciente.
Tus adormecidas, latentes,
pero trémulas caricias
rozan mis párpados cada día.
Y sé que, cuando despierte,
sólo estarás tú...
Nadie más que tú.
Estrechando mi cuerpo inerte
y besando mis manos frías.​

 

Versos impregnados de nostalgia se desgranan para plasmar un hermoso poema ! Felicitaciones ! Saludos

 

Gracias por tu paso, amigo Miguel.

 

Muchísimas gracias por tu tiempo y crítica, Rosmery.

 

Poema cargado de lo que fue fuego
y ahora ya no quedan ni rescoldos.
Un gusto leerte compañera, vaya un
saludo desde Toledo -España-

 

Gracias de corazón por tus palabras, Isidoro.