Labios saciados

No calmo mi sed
con tus labios,
pues ya la calmo con alaridos
con llantos.

Con lagrimas que forman
archipielagos de sangre
que al cesar el llanto
me devuelven la sed.

No calmo mi sed
con tus ojos
pues tu risa, furtivamente
roba mis gotitas de agua salada.

No seran mis penas
las que calmen mi sed,
ni mi hambre,
ni mi sueño,
ni mi amargura,
ni mi soledad,
ni mi deseo de besarte.

 

Cuanta amargura, porque ella, se burla de tus deseos...
El amor, es muy duro, máxime, si ella, no quiere amarte.

Tu insiste en ello, fijo, que un día, cuando pares de agasajarla, la baraja de la vida, jugará la partida al revés de lo que ella espera.

Buen versar hermano, buen versar.
Me gustó leerte de nuevo.
Gracias por ello.

 

Y ami me gusta tu buen comentar.

Saludos amigo mio.