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Lago de Pátzcuaro, el origen

Tema en 'Fantásticos, terror, ciencia ficción...' comenzado por chalaramoscuencamendez, 24 de Octubre de 2020. Respuestas: 0 | Visitas: 338

  1. chalaramoscuencamendez

    chalaramoscuencamendez Poeta adicto al portal

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    15 de Febrero de 2014
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    “Cuando la zona era virgen . . .”

    En cada gota del lago
    hay historia, hay empalago,
    leyenda, recuerdos vivos,
    ensueños, sendos motivos:

    Sucedió hace mucho tiempo
    entre soplidos del viento,
    Curicaveri, testigo
    de todo esto que les digo.

    En épocas harto remotas
    en las áreas más ignotas
    de la extensión michoacana,
    en su época temprana.

    Cuando era imberbe natura
    y p’urhépecha cultura
    todavía no florecía,
    cuando existencia nacía.

    En lo que fuera un buen valle,
    para dar mayor detalle
    de floreciente belleza,
    fértil, donde la entereza.

    De primeros habitantes
    sedentarios muy pujantes
    los llevaba a ser felices
    germinando en sus raíces.

    Fue un día en que, entrada la tarde,
    “la cosa se puso que arde”
    porque Eolo huracanado
    bufó a “pulmón desatado”.

    Sobre de los cuatro puntos
    cardinales con barruntos
    de que algo iba a suceder,
    de inminente acontecer.

    Cabe mencionar, por cierto,
    el miedo, el desconcierto,
    que las ráfagas primeras
    inusuales, duraderas.

    Causaron entre la gente
    que, ante el peligro latente,
    se espantó y despavorida
    huyó como en estampida.

    Junto con los animales,
    a ciertos aledaños lares
    implorando, al fin, clemencia
    a los dioses su indulgencia.

    Magia, presagio de abrojo,
    el cielo pintó de rojo
    desprendiéndose gran masa
    ardiente, roca argamasa.

    La cual, con terrible estruendo,
    el de un bólido tremendo,
    pegó de forma muy fiera
    entre sembradíos, en tierra.

    Siguió al duro cataclismo,
    terremoto, intenso sismo,
    que hizo tambalear los montes,
    las colinas y horizontes.

    Ese lugar, hoy tan sagrado
    después fue bien bautizado,
    como preludio de dicha,
    con las voces “Huecoricha”.

    “Huecorencha”, también “Huecorio”,
    “lugar de la caída”, exordio
    de formación de arroyuelos,
    de veneros en los suelos.

    Abiertos desde su entraña,
    líquida, divina hazaña
    de “ojos de agua” cristalina
    dulce, prodigiosa mina.

    Que conformaron el Lago
    de Pátzcuaro, tierno halago,
    que a la región dio más vida
    después de la tal caída.

    Aliviando, al fin, el trauma,
    pues, reforzó flora y fauna,
    con tul, zacate, chuspata,
    vegetación toda grata.

    Humedales, peces, lustre
    de este sitio tan ilustre,
    endémicos del caudal
    thirus, acúmara, charal.

    Urápiti, chehua, achoque,
    todos milagroso brote
    para bien del ser humano
    desde entonces fiel hermano.

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    Huecorio, Pátzcuaro, Michoacán de Ocampo, México, a 24 de octubre de 2020
    Dedicado al Maestro Melchor Ramos Montes de Oca (QEPD)
    Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
     
    #1
    Última modificación: 25 de Octubre de 2021

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