lamentaciones patrias

Mira y mira los pasos que marchan por las calles mentando madres
el espíritu se arruga y se le juntan los corajes
él no reconoce otra tragedia nacional que la pérdida del pasaje a Brasil 2014
que chinguen a su madre los pinches maestros
que la puta educación le vale madre mientras pueda gritar ¡México! ¡México! ¡GOOOL!
que el pinche petroleo se lo lleve quien se le dé la chingada gana
que lo metan al bote por no poder pagar los réditos de la pinche tarjeta de crédito
que le vale madres el IETU
el ISR
el IVA a las medicinas y a los pinches condones
y sí, está hasta la madre de este pinche país
y siente tanta furia que de buena gana se levanta en armas
se siente incomprendido e ignorado
cuántas veces dijo
cuántas veces gritó
¡Chepo de la Torre chinga a tu madre cabrón!
¡de una vez por todas vete a la verga!
¡saquen a ese hijo de su pinche madre del TRI!
Putos... nadie, pero nadie le hizo caso
Pinche país de mierda
Por eso estamos tan jodidos
nunca escuchan al pueblo
¿Cuándo vamos a salir de la puta mediocridad, cuándo?
¿Cuándo nos traeremos la Copa del Mundo, cuándo?

 

Hola Ro
Ineludible la adicción a la adrenalina, a la devoción mezclada con el caracter lúdico de la contienda moderna, o de moda, que permite sin mayores daños experimentar la sensación de triunfo o de derrota, adictivos ambos para el alma.

A falta de una armada imperial, dejar la contienda en los botines de (creo) 11 héroes, que en la voz de los Homeros modernos (los cronistas deportivos) nos traen y hacen sentir esa epopeya de minutos que abre y detiene el silbato de un "Ente" maldito (el árbitro). Agonía y extasis humano que a falta de mejores batallas que librar para glorificarse o lamentarse, para tener por qué llorar o festejar: el orgasmos de las emociones.

Nuestra es la emoción que inventamos porque no existe, la necesitamos como alimento para la vida, como razón válida para sentirnos algo o alguien en lo individual o colectivo.
La realidad que vivimos como nación a falta de eso otro que no ofrece el deleite de la contienda. Somos derrotados, ignorados, sometidos por algo invencible en nuestras consciencias, esa lucha no contiene emociones aunque sí necesidades: impuestos a las colegiaturas, a las hipotecas que con ello se vueven impagables, tantas cosas que hoy se están tejiendo y que afectarán a las futuras generaciones y que no se podrán revertir porque el tiempo de las luchas sociales, parece, ha pasado. No, esa batalla está perdida, irremediablemente perdida, ya no influye en la consciencia pues es parte de la realidad individual y nacional, es dialogo que no alimenta las tertulias de cantina o restaurante pues se le ha blindado mental o emocionalmente. Se considerta absurdo y estúpido al hombre que desafia la idea de que su destino no está en sus manos y que se pone respondón.
Ay, pero si a eso se suma el instante que están viviendo los patriotas del green con dos marcos, un balón y un silbato, eso si es tragedia porque vuelve más miserable la existencia. Es una realidad nacional pues la afición y el anhelo es colectivo y es de la mayoria de los connacionales.

Una realidad nacional triste e irremediable. Gracias Ro por tu lectura. Y al Prior ya sabe que si no se ajusta al foro es su función desplazarlo a donde corresponda que sería restringido por el lenguaje copiado de una charla de cantina a donde voy a disfrutar la excelente botana. Abrazos.