Larvas

La que monda la alegre calavera
desorbita tus ojos y a la boca
la estaquea en el grito que eviscera
el olor a podrido que provoca.

La que mora en la obscura sementera
blanquea los despojos y convoca
los fantasmas viscosos de esa era
a trillar el cadáver que te toca.


La que repta insidiosa por el alma
y en la babas del odio y de la ira
construye el cementerio de la calma.

Y el gusano del tiempo que se estira
lujurioso en las líneas de tu palma
y acaba devorándose tu lira.​

 

Uy, un soneto a la Parca, un poco adelantado, sería hasta principios de noviembre su fiesta. Un gusto leerte.

 

Buena la forma en la que te has presentado, estimado. El terceto de cierre me parece mortal ("mortal", por supuesto, en el sentido superlativo argento). Un simbolismo que me da las sensaciones de que pudiste con clase estacionar un Scania en el espacio de un fitito. Dice una pila en pocas palabras.

Un saludo cordial.

Gus