Las buenas mujeres

La mayor virtud de una mujer no está en su belleza
ni en la redondez de sus pechos
o como mueve sus nalgas al caminar,
la virtud está en ser buena compañera.

Lo demás es eso, complemento... un demás,
la carne se come en una noche
pero el buen consejo dura toda la vida,
las miradas se cruzan como en un acto suicida
pero la conexión del ser no conoce reproche.

El mayor trabalenguas que conozco
es hablar mal de quien te hace el bien,
si a esas venimos nos conocemos poco
porque la belleza se juzga desde el Edén.

Enamorarte de cada leggin que miras en la calle
sólo demuestra lo idiota que eres,
es cierto que cada cabeza es un mundo
y hay miles de galaxias,
pero ¡mi hijo! existe el hielo para bajar las calenturas
y alcohol para esas fiebres.

Si de niño he escuchado que hay siete mujeres por cada hombre
pero para qué ocupas tantas si con una se llena el corazón,
deja las demás a los que piensan que es de hombres
amanecer cada fin de semana en distinto colchón.

Lo malo no es mirar, lo malo es no conformarte,
con razón los dejan las buenas mujeres,
con razón se bañan cuando llegan a casa,
entre menos huela el perfume, es menos la evidencia.

La mayor virtud de una mujer no está en su belleza...
está en saberse bella por ser mujer.