Las campanas y las fuentes

El tañer de unas campanas
llena campos, pueblos, mares,
avisa de tempestades,
y al Angelus, las mañanas.

El sonido que se siente,
como si fuera canción,
parecido es en su son
al soniquete de fuente.

Tanto el agua como hierros
enervan los sentimientos,
si se les presta atención.

Acompañan sufrimientos,
aliviando en los destierros,
y anegan el corazón.
​

 

Ayyy Lesmo, el sonido mágico de las fuentes y de las campanas nos trae ecos del sentimiento vivo pero lejano que por distintas circunstancias se quedó anclado en otros lugares y otro tiempo siempre recordado con cierta melancolía y añoranza. El tañer de tus bellas letras me ha sumergido en el recuerdo y te estoy muy agradecida por compartir tu entrañable poesía. Besazos con cariño y admiración.

 

Querida amiga: Cómo sonidos tan diferentes pueden parecerse tanto, al menos así me parece. Que no desaparezcan las campanas que suenan cada día de forma distinta y que tanto bien han hecho, más poe aquí cuando tocaban a galerna y los pescadores volvían a puerto. Rosalía de Castro lo sabía bien y lo plasmó en sus versos. Te agradezco tanto tus visitas...Recibe tu también un beso emocionado.

 

Sí amigo Lesmo, que no desaparezcan jamás las campanas, me encanta oirlas a cualquier hora . Más besazos mi querido amigo...Muááááááá...

 

Bellísima inspiración.
Le he sacado todo el sabor que le pusiste.
Lo he disfrutado mucho
Un gran abrazo

Alfonso Espinosa

 

Gracias Alfonso por tu generoso comentario. Me alegran siempre tus entrañable visitas, las del alma y las presenciales. Con mi abrazo.