Las cenizas de tu partida

Cierro las ventanas
no quiero ver al sol
no quiero ver sus lágrimas
maltratadas por el desazón

no quiero oír al viento
cantando las penas del corazón
no quiero ver a las nubes
con tonos grises
y a punto de llover
por el adiós

me encierro tras los muros de un llanto
enclaustrado en las alas de la partida
/ en la bitácora de un barco
perdido a la deriva
sin islas
sin costas
sin alabados días
/ sólo me destierro hasta la noche
y sus boquetes de oscuras salinas
/ hasta la almohada y su insomnio
que con su gemido
moja a mi vida

pero tampoco quiero sentir su rocío
por eso busco un éxodo
fuera del mundo
fuera del latido vivo

es que me quiero escapar del dolor
de ese inmenso ladrido que cubre la fortaleza
y el amor

quiero buscar un cauce
sin río
para descansar mi alma postrada
y herida

y así aunque este encallado en un piélago vacío
sin nada
sin quimeras
sin utopías
/ varado en el olvido
/ no sentir el lacerante puñal
de tu despedida

quiero escaparme de tu saludo de cortesía
despidiéndose con su pañuelo en la lejanía
que desde ese momento llegó para instalarse
en este envase sin restos
trayéndome el frío semblante de la agonía

quiero escaparme
de las cenizas de tu partida

 

Es un maravilloso poema impregnado de melancolía.
Te felicito. Eres en verdad un Gran Poeta.
Saludos y Bendiciones.

 

Creo que si uno trata más de huir de algo, de un dolor etc, más latente va a estar en nosotros y demasiado jodido será para olvidarle completamente, así es todo en esta vida a veces blanca, a veces negra...y somos tan tontos que nos hacemos esclavos del dolor, bueno son unas letras bellas y sentida, un abrazo DANI.

 

Qué difícil es huir, compañero,
de aquello que llevamos tan dentro.
Buen poema, Danie,un abrazo amigo

 

Magistral poema, donde la nostalgia fluye en cada verso.
Felicitaciones Daniel, buen trabajo.

 

Es sólo un poema, en verdad no se puede y no se debe huir de nada, todo lo contrario, hay que hacerle frente a la vida; ya de por sí sería bastante difícil e imposible huir de la despedida.
Pero pensé en la idea de huir de ese pañuelo agitado al viento que tanta añoranza nos traerá con el tiempo. No sé, sería bueno no ver siempre a los ojos de la partida.
Gracias por sus tiempos y lecturas en mis ensayos de simples sueños.
Un abrazo grande para todos.