Las constelaciones 1

Por un rasgo una figura traza el hombre,
reconoce a un animal, inventa un cuento,
poseyendo en el lejano firmamento
todo el cielo al que designa con su nombre.

Gigantesca fantasía que domina
los espacios siderales infinitos
empleando las estrellas como hitos
de poesía con que todo lo nomina.

Marineros que volando con su barco
las estrellas amarraron a sus sueños,
gobernando desde entonces como dueños
de ese cielo al que pusieron en su marco.

Navegaron en las naves de la audacia
inventando con su viento las ventanas
al saber sobre las sombras más lejanas,
encantándonos la historia con su gracia.

De aquel Argo navegamos en la estela
tras Medea que trozando va a su hermano,
son de Orión aquellos canes que en el llano
ya le ladran a Artemisa que lo vela.

Las palabras heredadas del pasado
como nombres de dibujos en el cielo
nos evocan con sus signos el desvelo
de los hombres que en pasión las han forjado.

 

Creo, Jorge, que este trabajo poético, escrito en hermosos cuartetos dodecasílabos ternarios son una muestra indiscutible del talento poético que atesoras. Se ve que como iniciador de este ciclo te has esmerado en la nueva temática, aunque conociendo tu afición por el mar y las estrellas, no me extrañaría que haya surgido con gran espontaneidad. En lo formal no veo cosas tan importantes que objetar, solo esos dos acentos contiguos en ¿? en donde pareciera dudosa la sinalefa en 8ª. Fíjate, por ejemplo en estos endecasílabos:

• ¡Manos, pues, a la obra! Yo prometo... (Vital Aza)
• se disuelve en la onda que lo crea (Salvador Díaz Mirón)
• Quien la oye caer ha recobrado (Borges)

Claro, influye mucho el acento en 6ª. Creo, sin embargo, que aquí aplica aquello de la percepción métrica de la que tanto hemos discutido porque, en idéntico encuentro de vocales, algunos autores optan por la sinalefa, como lo hace el propio Borges en: «como aquella otra dama del espejo» en su soneto a Susana Soca. En tal caso, habría qué pensar en lo de los acentos contiguos, en mi opinión, mucho más importante.

Dios mediante, trataré de participar en el tema.
Un abrazo, Hermanazo.

 

La verdad es, Elhi, que la espontaneidad no caracteriza a mi poesía: estos cuartetos han sido escritos con placer, lo que seguramente se nota. Soy un admirador de la historia de la ciencia, y este rasgo poético de la nominación de las constelaciones me resulta hermoso.
He modificado el verso de marras, reemplazando el antirrítmico por un extrarrítmico. Espero que el presente de «va» (junto con otro extrarrítmico, el del «ya» del cuarto verso del cuarteto) haga las veces, en el sentido, del «hoy» que se ha perdido.
gracias y un abrazo
Jorge

 

Felicidades Jorge, me va a costar a mi sacar algo, yo lo de las estrellas lo llevo muy mal , las únicas que conozco bien, se las beben mis clientes (cerveza estrella dorada ) jajajaja, Bueno amigo solo decir que me encantaron tus cuartetos, un fuerte abrazo.

 

Tus versos me transportaron a viajar por el hermoso espacio celeste y disfrutar y admirar las hermosas constelaciones!
Felicidades por el buen inicio de este nuevo ciclo de tensones!! Saludos Poeta.

 

Has elegido como tema para la tensón de este ciclo uno que sospecho que se puede hacer algo cuesta arriba para muchos tensoneros, Jorge, pero es sin duda un muy hermoso tema, además, tratándose de ti y de tus gustos marineros ¿qué se podía esperar?

Estos cuartetos dodecasílabos tiene razón Elhi que se nota que están hechos con mucha elaboración y, según tú mismo admites, con improvisación cero. Evidentemente has hecho un trabajo concienzudo y de hermosa poesía. En esa Medea trozando a su hermano, te ha salido también la vena de leñador que llevas dentro; lo cierto es que me sorprendió el uso del verbo trozar pues no lo conocía. He notado también el empleo de la sinéresis en el verso "de poesia con que todo lo nomina". El cierre que haces con el último cuarteto para mi es de lo mejor del poema, sin demérito del resto, claro.

Un abrazo, amigo.

 

Estimado Ramón: la historia de las constelaciones es compleja, pero los hechos son simples. Diversos pueblos mirando las estrellas las agruparon por vecindad (aparente, por supuesto), y le pusieron a estos grupos nombres, en muchos casos asociados a su mitología. Dado que este agrupamiento a nuestra vista es meramente aparente, esta clasificación en constelaciones carece de relevancia astronómica, pero sin embargo hoy esas antiquísimas denominaciones siguen siendo usadas, sobre todo por los aficionados a la astronomía.
Ptolomeo escribió un libro, en el siglo II de nuestra era, donde enumeraba 1022 estrellas agrupándolas en constelaciones: la mayoría de esos nombres siguen usándose hoy (hay una, «la nave», que fue fraccionada en cuatro, porque era muy grande).

¡Mira un rato para arriba y toma coraje, hombre!

abrazo
Jorge

 

Me encantó tu lindo cuarteto.
Un placer pasar por tu rincón poético .
Un cordial saludo con cariño.
Siempreviva.

 

Gracias, Mar, por tu amable comentario. Si navegas por el cielo en el Argo, ¡cuídate de Jasón!
abrazo
J.

 

Gracias, Luis Prieto, por tu amable comentario. Dice Albert Camus en algún lado que la sabiduría de los griegos consistió, ante todo, en conocer sus límites: me gustaría sentir que sigo ese ejemplo.

abrazo
Jorge

 

Me alegro, Siempreviva, de que el poema te haya gustado. Gracias por pasar. J.

 

Jorge...
Que tales cuartetos, siento que este tema propuesto tiene mucho de afinidad con el de Mitología, aunque claro está que muchos de estos héroes o personajes tienen un lugar privilegiado en esta bóveda celeste, geniales cuarteto dodecasílabos Jorge. Después de leer los comentarios, decidí hacer caso al que le diste a Ramón... ¡ya miré un rato para arriba y tomé coraje! así que participaré. Un fuerte abrazo Jorge.

 

Un lujo tus cuartetos Jorge. Un reencuentro con tu soberbia poesía, que celebro de todo corazón.
Te dejo mi siempre sincera admiración y un abrazo, mi amigo.

 

Gracias, Ligia. En estos días he viajado a un lugar donde la Vía Láctea se ve como un arroyo blancuzco, cosa que la luminosidad de Buenos Aires impide donde estoy, y he recordado como tú esas caminatas y divagares de las amistades adolescentes bajo las estrellas esperando el alba junto al mar. Enrique y Ana son, presumo, tus hermanos.
abrazo
J.