Las décimas de Mantua

LAS DÉCIMAS DE MANTUA




Ilust.: Giorgio de Chirico


Últimos atardeceres

ya no disfruto placeres

ni palacio con ujieres

mármol donde entierro mi alma

vistiendo noches sin alba



Un jardín a contraluz

una estatua o parteluz

melodías de salterios

que prologan los misterios

tú cubierta con capuz



Así en misteriosa noche

ciudad con venas sin sangre

yo de tu yuca fui cangre

vieja estirpe de oropel

ánfora y odre de tu hiel



Incienso o alma aromada

aquella tu fiera alada

que vistió tu castidad

con engaños de ciudad

o de mujer mancillada.

 

¿Qué tal, goodlooking? Pues sí, alguna vez hago algún guiño a la poesía rimada; pero siempre acabo sudando sangre. Y eso que las décimas son de los más sencillo de trabajar. Me alegra que las aceptes. Un cordial saludo,
miguel

 

Hola, mi querida Gusadalupe: gracias, como siempre, por tu tan afectuosa respuesta. Prefiero que no selecciones algún verso; los demás pueden sentirse minusvalorados. En todo caso todo el poema es tuyo; disfrútalo como mejor puedas. Un cariñoso abrazo desde esta recíproca lejanía,
miguel

 

Muchas gracias, Laly, querida compañera: la cálida suavidad de tu comentario es emocionante. No puede uno encontrar mejor respuesta a su obra. Mi más cariñoso abrazo,
miguel

 

Muchas gracias, fabiolaselene, por este nuevo acercamiento a mis versos. Es un honor para mí que sean tan de tu agrado. Eso es estimulante. Recibe mi saludo más cariñoso,
miguel

 

Gracias, Chema, por tu emocionante comentario. Los atardeceres, además de esa hermosa metáfora de algo que se acaba, son espectáculos que hacen vibrar fibras íntimas. Junto al mar puedo disfrutarlos casi a diario, siempre tan iguales y siempre tan diferentes. Cuando una vez leí las causas físicas que producen esas hermosas coloraciones me entristecí mucho. Aunque para mí siguen siendo suntuosas obras maestras de los pintores celestiales.Un cordial saludo,
miguel

 

Encontrar el misterio de la noche en ese final donde los aromas dejan el
solemne instante,mas cuando las melodias y los placeres son explotada
humedad en ese delirio donde el atardecer es marco de finales.
excelente. saludos amables de luzyabsenta

 

Muchas gracias, querido Carlos, por la reviviscencia que das a este poema que empezaba ya a declinar su adormecimiento, en este almacén insaciable de los poemas que dejan sus brillos y su latir en cuanto son publicados. Es siempre un gesto que merece nuestro agradecimiento. Un cordial saludo,
miguel