Las inundaciones en el Perú

Mientras que las ciudades costeras y parte de las zonas altas de los andes son arrastrados por los huaicos y los medios tratan de incentivar la ayuda a nuestros vecinos, a nuestros compatriotas; también hay de esos que se ríen de la desgracia ajena, de los que se toman selfies y las suben al “facebook” como si esto fuera un espectáculo. Sin mencionar a esos desgraciados que no tienen la mas mínima pizca de consciencia de lo que hacen, pues no les importa nada más que hacer su agosto porque aprovechándose de la desgracia de las personas afectadas cobran tres veces más lo que vale una botella de agua, y casi todos sus productos; también están los que le suben los pasajes por el huaico, los moto-taxistas están de joda pues de lo que era un sol, pero ahora cobran cinco o seis veces más. Y no se queda atrás otros que se llevan los donativos pensando que nadie les está mirando.

Este no tan repentino desastre natural, ha desenmascarado los rostros ocultos de muchos peruanos, que en vez de ayudar dificultan aun más el desempeño de las autoridades y gentes altruistas que se ponen la mano en el pecho y dan lo que pueden para ayudar a las zonas afectadas.

Mientras tanto también hay otros desde adentro y desde afuera que miran indiferentes esta terrible desgracia de las gentes que viven en las partes mayor riesgo, o cerca de los ríos, y que no tiene la plata para comprarse un terreno en otro lugar pero que deberían de ser re-ubicados en zonas más seguras para vivir.

Creo que es momento de olvidar un poco los errores que los comete cualquiera, y todos, pero si estamos unidos siempre en las buenas y las malas sé que podremos salir de esta mala situación, por la que atraviesa este lindo y milenario país. Gracias a todos los que mandan su ayuda sea que estén dentro como fuera del Perú.

Corte y fuera.