Las noches del 5 de enero

Las Noches del 5 de Enero
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Todo el mundo sabe que desde que nacio el Niño Jesús, Los Reyes Magos de Oriente no ven mas que niños, pues se quederon tan deslumbrados al ver su hermosura que aún no han vuelto a recuperar la visión, solo ven hasta un metro de los pies, por eso cuando los niños crecen más de un metro, no saben si son niños o son personas mayores y para no confundirse solo hacen regalos a los niñitos.
Pues hubo una niña tan bonita, tan bonita que el Rey Baltasar no quería separarse de ella, además se llamaba como su mamá "Fátima" , le cogió tanto cariño que todos los años le dejaba un regalito de mas y la niña tan contenta estaba que todas las noches del 5 de Enero les preparaba el desayuno y cuando se olvidaba de poner agua para los camellos, Gaspar y Melchor se enfadaban con Baltasar diciéndole: - esta niña nos traerá problemas, no piensa mas que en sus regalos, otro año más que se olvida de nuestros camellos. Dijo algo enfadado el Rey Melchor, -y de nosotros dos se acuerda porque vamos juntos con Baltasar para poderlo traer si aun caso se rompe una pierna, seguro que és así, afirmó Gaspar. Y los dos reyes dirigiéndose a Baltasar le dijeron muy sérios: -¡¡ No se merece un regalo de más!!
Pero el Rey Baltasar solo tenía ojos para Fátima. No hacía mas que pensar y preocuparse por ella, por si al año siguiente no la podía ver, pues era una niña tan hermosa y tan guapa que igual que aparecen los regalos crecía ella, por arte de magia.
Fátima sabía que algún día dejaría los vestiditos de niña y los cambiaría por preciosos vestidos de linda mujer, y cada año que pasaba le pedía a su queridísimo Rey Baltasar que por muchos regalos que él le traía ella quería uno especial, Fátima quería ser siempre una niñita y eso era imposible de conseguir para un solo rey.
Baltasar pensó que cuando Fátima superase un metro de altura olvidaría a su rey.
Un año Baltasar cogió su pluma mágica y le escribió una carta diciéndole:
-Querida niña, sabes que adoro tus cabellos rubios como el oro, y esos rizos como las olas del mar, pero pronto te dejaré de ver pues ya mides un metro y hasta tus ojos puedo ver.
La niña tanto se disgustó que iba andando y agachaba la cabeza para parecer mas pequeña, pero lo que hacía era de guapa hacerse fea, pues al esconder la cabeza le salía una joroba en la espalda y todos los demás niños empezaron a reirse de ella.
Tanto se enfadó que no hizo mas que llorar porque ella tanto quería a Baltasar que nunca pensó en nádie más.
Un día, Fátima, decidió probarse un vestido nuevo y terminó rompiéndolo en pedazos pues las tallas de niña ya le estaban ajustando tanto que le quedaban mal.
Entonces Fátima dejó de comer, pensaba, que de esa manera no crecería mas.
Lo que ella no sabía era que poquito a poco mas fea se ponía, casi no podía andar porque no tenía fuerzas, ya los niños ni se burlaban de ella pues no iba ni a la escuela.
Los padres de Fátima pensaban que como no surjiese un milagro, por Navidad la iban a enterrar.
A los pocos días de caer enferma vinieron los días de Navidad y algo sucedió; Papá Noel vió lo que estaba pasando y fué a contárselo a los Reyes Magos de Oriente. Los mismos volvieron a enfadarse con Baltasar diciéndole lo consentida y mimada que tenía a Fátima por eso ahora la bella y pobre niña estaba enferma porque no quería crecer; y Baltasar entonces se echó a llorar -¡Ay, mi dulce niña! ¿Que podemos hacer? lamentó Baltasar. -¡Si Fátima no quiere crecer, la tendremos que encoger! dijo con ojos muy abiertos el Rey Gaspar.
- ¿Encoger? preguntó extrañado el Rey Melchor tocándose con sus lujosas manos su real barba blanca, -Jajajá rió y siguió diciendo: - Lo que tiene que hacer és ¡comer! de ahora en adelante le devolveremos sus desayunos pero a cambio ella nuestra querida Fátima tiene algo que comprender y eso és trabajo para Baltasar. Él tiene que ir hasta ella y hacerla levantar.
Así pues, una noche de invierno,Fátima creyó que estaba soñando, pero con todas sus fuerzas levantó su delgado brazo y dirigiéndolo hacía su rey pudo acariciarle la mano mojada por las lágrimas reales, y levantando la cara para verlo mejor escuchó su encantadora y firme voz que mientras lloraba le decía: - Perdona niña por haberte aconstumbrado mal, escúchame, si en tu corazón sigues siendo niña , todos los años me verás como estrella en el cielo y te podré alumbrar pero, tienes que saber que en tu mundo necesitan de tu compañía.
Y secándose las lágrimas un beso en la frente le dió y con sus palabras mágicas se despidió.
A la mañana siguiente Fátima llamó a su madre y le pidió un buén desayuno, tanto era el hambre que tenía que desayunó tres veces lo cual le dió risa pues se acordaba de los desayunos que ella preparaba a sus queridísimos Reyes Magos de Oriente y que no prepararía mas veces porque eso era cosas de "niñitos" y le encargó de tal faena a su hermanita que tan solo tenía medio metro.
Fátima se habia dado cuenta que ya no era pequeña y quería ser como todos los demás compañeros de la escuela para seguir creciendo, riendo y estudiando junto a ellos.
Pero, todas las noches del 5 de enero, Fátima miraba al cielo por si alguna estrella le guiñaba un ojo y entonces decirle: Baltasar, gracias te quiero.
Desde entonces Baltasar le deja un regalito pero..... a su pequeña mamá, en el cual con su pluma mágica escribe: Para Fátima M. G. B.:::hug::: ***

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Bonita historia amiga Cafada.con una soberbia leccion.el egoismo es la lacra de este mundo.hayque aprender que el imperio del yo debe acabar.tema muy bien elegido,bien narrado y muy buena leccion.besos con estrellas.

 

Muy buena prosa preciosa la verdad sobre la injusticia y su caos bien llevada linda te dejo un beso y estrellas