Las noticias de la televisión

Esa niña que muere
en una cajita lejana
no es una película.
Pero su llanto no duele
ni su hambre nos llama.
¿Qué olor, qué dolor tiene?

¡Qué bonita parece!
¡Páseme el vino Teresa!
¡Qué mundo este! ¿Merece
oírlas siempre a la mesa?
¿Sacaste los billetes?
¡Mira que luego no hay plazas!
Estoy harto de malas noticias.
Voy a echarme la siesta.

Otros títulos cabrían:
el votante asesino,
el egoísta infinito,
la humanidad impasible,
el jurado homicida...
Pero qué más da,
si nada haremos. 30.000 mueren de hambre al día. Pero qué más da. 30.001, 30.002, 30.003, 30.004, 30.005, 30.006, 30.007, 30.008, 30.009...

 

Pues sí, por desgracia, el dolor y la muerte pasan ante nuestros ojos impasibles y nada hacemos por cambiar la realidad. Te felicito por tu poema-denuncia, Évano. Un abrazo.

 

Lo que antes era una caja tonta hoy se ha convertido en una tonta plana, buenas pinceladas.
Un placer saludos.

 

Ver mucha tele puede hacer mal para los ojos, pero tu lo que dices es una triste realidad
Profunda reflexión, amigo Evano
Abrazos