Las promesas del joven parisino.

Y aquí está Neymar, sano y salvo.
La ocasión, la pintan calva.
Es difícil atravesar a nado, el río Volga.
Inimitable la estructura compacta, de Volvo.


Y todavía, el heroísmo adquiere forma,





en las camisetas deportivas,
que esconden una epístola o misiva,
dirigida a sus majestades, los Reyes Magos.
¡ Quiero ! Ser artista.


¡ Quiero ! Participar en un circo formidable.
¡ Quiero ! Aeromodelismo.
Maquetas de trenes y de barcos.
Coleccionaré libros de bolsillo.


Me alistaré en el ejército de tierra.


Recorreré Afganistán, de cabo a rabo.
Me pondré las botas, inyectándome
la penicilina de Alexander Fleming.
Estudiaré el transistor de Guglielmo Marconi.





Comprenderé la corriente continua,


ideada por Thomas Alva Edison.
Junto a Nikola Tesla, ensamblaré
los cabos sueltos de una bobina doble de cobre.
Imantaré el agua marina, isotonizada.


¡ Oh ! Sí, me brindo, me venzo, me corro.


Me corro de vergüenza, pero poderoso
es quien se domina a sí mismo.
Mientras que fuerte es quien domina a los demás.
Y yo, ya, de eso, estoy ¡ Muy harto !

 

Amor mío,
Para ti es tarde.
Hoy no cenas.
¡Castigado!
Olvidaste tirar la basura.
Déjate de falsas promesas.
"Haz el bien y no mires a quien."
Como decía aquél

 

No son falsas, amiga. Son justas.
Porque los santos son serviciales, pero los justos, hacen lo que está en su mano, y en sus pies.
Dado que cada pie contiene una manera de ver el mundo. O sea, un paradigma: Singular, o plural.
El pie izquierdo significa que yo me lo guiso, y yo me lo como, como Juan Palomo.
Y el derecho, a su vez, que puedo invitar a otros colegas, con lo que he guisado.