Las quiméricas visiones

La visita despertó el mal de su monstruo interior,
enunció que podría tratarse de un castigo divino,
la muda del mercenario que no creía en sí mismo
encogió hasta dejarle desnudo como un cromañón.

Imágenes provenientes de un falso mundo abstracto
colmaron su fría cabeza de máculas permanentes.
Esgrimiendo el estandarte de los actos indecentes
la perturbada presencia inhibió su sentido del tacto.

Los brotes que florecieron del intenso sufrimiento,
la engendrada perversión que acentuó su vileza,
las quiméricas visiones que le arrebataron la fuerza,
usurparon la serenidad del atormentado esperpento.

 

Buen poema, por un lado el mundo es frío y abstracto, por el otro el lado vivo de solo un instante lo borra todo. Saludos.