Las verdes Edades

Las verdes Edades

Te dejé cuatro versos
en la noche de luna,
y tu blanca belleza
me dijo “no puedo”,
y no quiero vivir
con el pan de la duda.

No sabré del amor
ni del ave que es tuya,
que viajó hasta un lugar
sin parar un momento conmigo;
y al volver sin la sal
de los mares que mudan,
nunca más me dirás
un no puedo de excusa;
porque hay ríos caudales
de aguas profundas,
y otros ríos van hacia el mar
donde ahogan su culpa.

Reiremos de sed,
hablaremos de musas;
que un poeta se fue sin llover,
se marchó detrás de la lluvia.

Podré dibujar esa lágrima oculta,
y los dos lloraremos las verdes edades,
sentiremos del cielo las nubes que caen,
y amaremos anhelos, ventanas mortales
cuyo aliento deshacen miradas…,quién sabe
si tus ojos me vieron tras hondos cristales.

Llegaremos a acuerdos de sexo rendido,
tú te irás a los brazos de hombres furtivos,
yo me iré con las putas de cuerpos vencidos,
y si alguna vez en la orgía tu y yo coincidimos
se verá si el amor no es permitido.

El amor y la muerte, el odio y la vida,
son un mismo camino, una misma salida;
y quien diga que no, es mentira,
que un hombre nació y murió por un ojo que mira.

Qué me importa a mí el hambre,
qué me importa a mí el sida,
si yo siempre viví tan enfermo de vida.
Busqué y rebusqué en las biblias podridas
y encontré tanto mal como bien
en las páginas vistas;
al demonio total que era parte y anexo,
al dios mineral, a fulano y pascual de tal sexo,
a los hombres vestidos de gay, a ese Lot del infierno,
y a ese padre terrestre y genial con sus hijas de incesto.

Como veis es así, lo demuestro,
porque humano es ser la sal
y los santos mar muerto.

No vengáis a decir, ni a pedir la receta
que lo vuestro es huir de verdades despiertas,
y si lo vuestro es lucir las mentiras perfectas,
no olvidéis la mayor de las nobles apuestas;
ya podéis comenzar a escribir marionetas,
y a teñir vuestras carnes de sangre desiertas;
fuisteis malos alumnos copiando chuletas
y como buen profesor sin castigo os descubro
que aún hay flores que nacen salvajes
y otras crecen en vuestras macetas.
​

 

Tener a flor de piel las licencias... mismas que dejan heridas, mismas que en libertad son una condena.

Buenas líneas Orfelunio. Gracias por compartirlas.

Un abrazo.

 

Muchas gracias, César, por el comentario... este escrito es una canción, la vida en rosa otra... Un abrazo