Latido

He pecado.
He manchado mis manos en tu sombra,
llenando tu boca de crepúsculos, ayudándote a morir.
Esperando
por el último latido y el último sol.
Te odio por lo que eres.
Te odio por lo que nunca serás.
No te perdono
porque sé que no me perdonaras.
Bajo la dureza de la luna
cuento los cortes en tus pechos
y te miento
una y otra vez
para que los gusanos aprendan tu nombre
y se tiña de rojo la noche.

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Un tanto inquietante pero definitivamente bello!! Saludos

 

Muchas gracias Miguel, por apreciar mi trabajo.
Un abrazo.