Laura

Que grandeza acompaña a aquellas personas que sin pies y sin manos, o con algún órgano que no ha querido funcionar, han decidido entrar a estudiar, para probarse lo lejos que pueden volar, y desde lo alto, enseñarle a los que se arrastran en tierra, que no existen excusas para este mundo dominar y transformar.

LAURA

Sentadita sin manitas
en esa sillita de rueditas,
con esa cara tan bonita,
llegaste al CLEI 3,
adornando la clase,
con esa sonrisa de ángel.

Desplazada, humillada,
en tu silla, los año vías pasar,
_ “Manimocha”_ te solían gritar,
tu enojo y llanto, no se hacían esperar.

Queriendo al grupo ayudar,
presta has estado siempre a colaborar
te ganaste sus madrazos,
y en el pasado tremendos palazos,
pero siempre te hiciste respetar.

Esa es la Laura,
la que se ha hecho querer,
desde que se le vio al colegio llegar,
la primera en las noches, en llegar a estudiar,
junto con Arbey, del que no se ha dejado besar,
aquel que con muleta acompaña su caminar.

Esa es nuestra Laura,
la estudiante del nocturno más popular,
la que ha buscado el afecto en los demás,
aquella afanadita en copiar.

Aunque cerca de su silla
en secreto, ha empezado a amar.
¿Será por eso que nuestra Laura
se ha empezado a maquillar?
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Precioso, bello, un poema tremendo, estremecedor, una magnífica obra.