Lección al maestro

No hay mentira más mentirosa,
verdad más hipócrita,
o embrollo más enredado
que pretender quererlo
por saberlo especial,
y casi, casi un santo.
Si tengo clavados,
unos ojos funestos
que en las noches me gritan
y me ahondan en llanto.
Como de tierna, y dulce niña,
solo tengo las polainas,
ya cansada del maleficio
agarré una bufanda,
levemente, despacito
me deslicé por tu casa
toqué a tu puerta
y de un golpe
te arrojé a tu cama.
Si me has hablado
como un hombre
experimentado,
quisiera que me expliques
el llanto, y tu cara de
borrego asustado
cuando empleando
todas mis armas
desnudé a tu hombría,
entre las sábanas de
Boba esponja
apenas un niño había
que temblaba y agradecía
por aquella experiencia
que te ofreció
tu aprendiz predilecta.

 

Vaya sorpresa se llevo el amigo, el muy muy, inexperto, jajajaja, gracias por compartir

 

Muy buena poesía el maestro termino de estudiante,suele suceder con los que creen que se las saben todas,jajaja un gusto pasar por tus letras,un beso Sandra