LibÉlulas

El dolor es el alma de las cosas,​

Y más si son efímeras y bellas;​

Quizás por eso nos parecen ellas​

Tanto más tristes cuanto más hermosas.​

EDUARDO CASTILLO


​

¿Qué otro crepúsculo podría ser tan
Hermoso como aquel de nuestro amor?
Si desde el primer beso paladeamos la amargura,
Si bajo aquellas caricias se ocultaba un gran dolor.

Y es que esta lumbre que yo siento,
¡Oh mía, oh lejana!, es cual trago amargo de un exquisito licor.
Y entre más trasueño, más me pierdo;
Y entre más me pierdo, más la brisa ardiente me evoca tu fervor.

¡Pero no desvarío! Porque sé que tú nunca me has de olvidar,
¡Pues cómo olvidar el ardor de la tarde abrasando tu piel!
¡No! ¡Nunca! Incluso cuando otro te bese, tú, vida mía, me has de recordar.

Porque ese transe nuestro fue lampo de tirano resplandor.
¡Oh mía, oh lejana! Se caen los días y se entronan las noches;
Pero aquel crepúsculo refleja que el amor eterno brota del más sublime dolor.




L. E. TORRES

 

Hermosura excepcional de arte maravilloso.

 

Muy sentido..
Enhorabuena Esteban.

Buena noche

N.

 

hermoso como escribiste esto realmente un gusto leerte

 

muchas gracias.

 

muchas gracias por leerlo.

 

Intenso y magistral, hay amores que el tiempo no puede borrar, ni en sus noches más apasionadas. Saludos