Libertad-.

Yo buscaba libertad.

Entre esos terraplenes

de justicia avariciosa,

concretados en pavimentos hostiles,

en insidiosas marcas de tronos vacantes.

Observaba los jardines, múltiples,

desaforados, incitándome a más y más

búsqueda.

Pero aquellas selvas, destinadas al eremita,

al asceta, al monje tonsurado, no habrían

de acercarme a ella. Se quemarían mis ojos

ante tanto libro suicida, ante tanta calma

tediosa, frente a filosofías decadentes y temperamentales.

Se hundirían mis deseos profundos como un lago,

entre sus burocráticas manías, entre sus trapos beligerantes.

Más: queda el recuerdo, que hace daño, y las banderas,

caídas al suelo, imperturbables-. ©

 

Sí BEN, tiene mucha razón, me quedo con los últimos versos,
siguiendo sus huellas en la distancia,

 

Los recuerdos siempre quedan y las banderas que ondearon al viento desplegadas, hoy quizás descansen bien dobladas en algún cajón, pero no muertas. Gracias por tu maravilloso poema. Saludos.

 

Muchas gracias Chema por tu lindo comentario, muy bonito. Un abrazo amigo!!

 

Gracias querida Guadalupe, un saludo!!