Libertad.

Alimenta tu libertad, y procura olvidar aquellos momentos malos...
Si damos nuestra libertad, entregamos también nuestros años blancos y limpios...
Está en nuestro deseo, con bastante frecuencia, poder sentir el agua fina de la lluvia caer por nuestra cara.
Tan solo basta, una mirada sincera , amorosa y un deseo, para avivar o alentar la esperanza dormida.
Debemos olvidar la angustia, pues ella se abre paso en las entrañas, evitando que afloren esos sueños tan necesarios.
¡Demos vía libre a la libertad, con la finalidad exclusiva de poder sentirnos de una vez por todas realizados!!.

 

El gran sueño del ser humano, y la gran imposibilidad, es tan inmensa
esa palabra que se convierte en utopía. Grata lectura que disfruto Emilio,
gracias por compartirla. Besitos cariñosos apretados en tus mejillas.