Libres de culpa

Dulce belleza la tuya
los míos sueños de premura,
inquietos, intensos
y de tus ojos tranquilos todos.
Nadie como yo anhela
hacerte todo lo que quieres que te hagan
y me asfixia la idea
de pasar y fingir para que nadie lo sepa.
Es grotesco vernos y engañarnos
aunque ya lo sepamos.
Sí, así es, lo noto en tus ojos
por eso sueño con ellos,
a pesar de que me encierran cautivo
deseando ser el más animal en soledad
que cualquiera que haya estado contigo;
cómo quisiera ser para ti
el hombre más loco
y hacerte sentir
lo que sólo en mis sueños.
Sólo nos queda quedarnos callados
y jugar a que no sabemos,
buscarnos en los recesos
quedarnos juntos, acompañarnos
sonreír cual vecinos
y dejar que el río se lleve el barco.
Mi dulce muchacha
tú inocente, y yo libre de cargos
así declarados, una por quererlo
y él por hacerla suya.
Libres de culpa
se acompañan,
agarrados de la mano
salen del juzgado;
libres de culpa
y enamorados.
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Bello versar al amor y a la vida, mucho sentimiento en tu hermoso poema. Un saludo. Paco.