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Llaman a la puerta.

Tema en 'Prosa: Amor' comenzado por alfredo ajo gonzalez, 11 de Junio de 2009. Respuestas: 0 | Visitas: 854

  1. alfredo ajo gonzalez

    alfredo ajo gonzalez Poeta fiel al portal

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    11 de Septiembre de 2007
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    Afuera la nieve en un vuelo lento, elíptico y frío, había cubierto con su manto blanco todo el campo, y de las ramas de los árboles, pequeños aludes se desplomaban al suelo periódicamente.
    Llamaron a la puerta; Rosa tuvo miedo...- ¿Quién será?- pensó.
    Su marido llegaba habitualmente tarde, casi de noche, y eran apenas las cinco.
    -¿Quién es?- dijo en voz alta y airada. No obtuvo respuesta.Se dirigió a la puerta y echó un vistazo por la mirilla, no vio a nadie, sólo una inmensa blancura; abrió...un aire helado le paralizó el rostro; no, definitivamente no había nadie allí, cerró de un portazo.
    Se dirigió apresuradamente al calor de su cocina, atizó ansiosamente el fuego y se preparó un café, bien negro y abundante. Un breve espacio de tiempo entre el primer sorbo y el último, volvieron a llamar...tembló, no supo por qué pero toda ella tembló; sin embargo, abrió sumisa la puerta sin mirar, de nuevo el golpe gélido del aire en su cara, respiró ese aire que le abrasó la garganta...respiró otra vez...
    Y así, con su bata de guatiné, sus zapatillas y como embrujada se alejó vagando por el campo helado , se perdió en el monte...
    .El suceso conmocionó al pueblo, la buscaron largamente, durante días, finalmente los perros de la policía encontraron su cuerpo rígido, inerte...
    Rosa dejó un marido desconsolado (eran tan jóvenes) Mario dejó que los años se le escaparan entre los dedos, como un niño que juega a transportar agua en sus manos.
    En una de aquellas tardes de invierno, crudas, nevadas, Mario pensaba en Rosa... Llamaron a la puerta, se levantó lentamente, caminó sin ganas desde la cocina hasta la puerta, abrió, miró a los lados de la casa, no vio a nadie, cerró. Extrañado se dirigió a la salita, apenas hubo llegado volvieron a llamar, enfadado gritó:
    -¡¿Quién es?! ¡¿Quién llama?!-
    Silbó el viento el nombre de Rosa, asustado y sin pensar abrió el cajón del aparador donde guardaba su navaja, la agarró nerviosamente, con fuerza...
    -¿Quién llama?-
    Volvió el viento a silbar: ¡"Rosa"!
    Como un relámpago salió a la calle, y, ella estaba allí, esculpida en hielo, cristalizada; tiró lejos la navaja y la abrazó, la llevó a la casa, entre sollozos de alegría y un leve sentimiento de temor,la sentó junto al fuego...
    Algunos días después la policía encontró a Mario muerto en medio de un charquito de agua.Nadie entendió que había pasado: ¿el agua, la navaja en el jardín? El caso se cerró.
    Pasaron los años (incansables) y tampoco nadie entendía por qué en aquel pueblo, en plena montaña ,nunca más volvió a nevar.
     
    #1
    Última modificación: 8 de Abril de 2010

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